Capitulo 22.

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Matías y yo compramos la casa, y luego regresamos a la de mis padres, mamá estaba emocionada por el lugar, y a mí me emocionaba tener una casa para ambos.

-Matias, vamos a salir.-Le señalé la sala de la casa.-Volvemos más tarde, voy a llevar a mi Omega a dar una vuelta.

Salimos a mi automóvil y lo encendí, salí a las calles.-Voy a llevarte a conocer el parque central, tienes qué ver el lugar, es hermoso y también hice una reservación en un restaurante donde la pasaremos muy bien, ya veras.

-Vamos entonces.-Sonrio.

-Matias, compré un vuelo para Argentina en dos días, antes de mudarnos a nuestra nueva casa quiero ir a hablar con tu madre.- Mati asintió lentamente.

-Bien, me parece bien.- Dijo nervioso.- Quería posponerlo un poco más, me da un poquito de miedo , perdón.

-No hay de qué tener miedo ya verás.-Sujete su mano mientras conducía.

Al llegar al parque donde estaban las luces bajamos a dar un paseo, tome su mano y el me miró.

-¿No te van a reconocer?.-Susurro.

-Y, que importa, ya no eres mi compañero de trabajó.-Me burló.-Ademas me encantaría qué nos vean, con eso saben que eres mío.-Lo bese.- ¿O estás asustado Matías Recalt?, ¿O te avergüenza que te vean conmigo?.

-Para nada, no estoy asustado.-Matias olía a nervios, me acerqué a su cara y la tome con mis manos de las mejillas.

-Estás asustado, lo puedo oler.-Bese sus labios.-¿De qué te da tanto miedo pequeño?.

-No me vas a dejar verdad.-Tomo mi mano y me sonrió lentamente.-¿Verdad?.

-¿Tú me vas a dejar?.-Matias negó rápidamente y varias veces.

-Yo también tengo miedo sabés.-Bese sus labios de nuevo.-Pero yo prometo amarte toda la vida.

-Yo igual.-Mati me dió la mano y una lágrima salió de sus ojos.-Solo no quiero qué me pase lo mismo qué a mamá, tantos cachorros y luego termino sola y a la defensiva.

-Entiendo.-Empezamos a caminar.- Tú historia y la mía no son como las de nuestros padres Mati, vamos a hacer nuestro propio gran futuro., a nuestra manera.

Paseamos un rato y obviamente habían personas que me miraban con cara de que me conocían, sin embargo nadie se me acercó mucho.

Al llegar al lugar de la cena Mati vio el restaurante.-No vamos a comer ahí, estoy todo en fachas, Enzo, no.-Sujete a Matías.

-Estás perfecto así.-Tire de su mano.

-No, no, yo no voy a entrar a un restaurante así, vestido como si estuviera de fin de semana, por qué no me avisaste qué era tan elegante, no voy a entrar .- Se quejó.

-Bien, te compro una parada de ropa en el bazar, pero ya está la reserva.-Matias resopló .

-¿Tú piensas que el dinero cae del cielo Enzo?.-Me reí.

-No, pero tengo qué aprovechar que lo tengo para darte lo mejor y consentirte.-Fuimos al bazar y Matías escogió una parada y no conforme con verse elegante el me compro una a mi antes de salí de vuelta al restaurante.

Una vez dentro dónde el guardia revisaba las reservaciones hablé.- Buenas noches señor, reserva a nombre de Vogrincic.

-Solo señor, mesa para dos.-Miro a Mati y le sonrió.-Siganme.

Cuando nos dejó en la mesa yo abrí la silla para Mati y luego me senté.-Me gusta el lugar, es muy, tu estilo.-Dijo mirándome.

-¿Cuál es mi estilo??- Levanté la ceja.

- Estilo chetito.- Tire una carcajada.

-Me estás diciendo cheto.- Mati asintió.

-Un poquito si, sabes cuánto debería yo ahorrar para comer en un lugar así.-Susurro.

-Una vida de seguro, pero ahora disfrútalo mi amor, por qué está es la vida que tendrás siempre.

-Muy caballeroso, señor Vogrincic.- tomó mi mano.

-Yo siempre soy caballeroso.- Bese su mano.-Ademas te tengo una sorpresita.

-¿Más sorpresas?, porfavor ya no otro auto, con el que tengo es suficiente.-Me reí y negué.

-No, eso no, es una sorpresa menos impulsiva, está te va a gustar mucho, por qué la hice con ayuda de mamá.-Los ojos de Matías me miraron raro.

-¿Qué clase de sorpresa incluye a tu mamá, Enzo?.-Mejor reí.

-Espera un segundo.-Hice una seña con mi mano y un mesero sintió con su cabeza.

Y empezó a sonar la pista de canción qué estaba anteriormente pedida, y todos en las mesas aledañas se sorprendieron, pues era un restaurante de música generalmente instrumental sin letras, pero mi madre era amiga del dueño y resulta que para mí era fácil suplicarle ayuda a mi mamá.

La canción thinking out loud, empezó a sonar al fondo, el día que íbamos en el avión Matías repitió en sus auriculares como sesenta veces la misma canción y la había etiquetado como su favorita.- ¿Baila Joven?.-Estare mi mano y Matías se puso rojo.

-No, nadie más baila, siéntate.-Me reí.

-Tu no eres todo el mundo.-Sujete su mano y lo levanté, sabía qué el sabía bailar, lo había visto bailando el día del festejo con Agustín, ahora era mi turno, yo quería bailar con mi Omega.

Bailamos un rato, y muchas de las personas se nos unieron, por qué nunca resistían la idea de ser los protagonistas de sus propias historias también.- Ves, a veces todo está a tu favor.-Baje mis manos hasta su cintura.- a veces muchos bailan cuando uno empieza.

-Eres un tonto cursi, tú y tú madre lo son.-Sonrio y pego su cabeza a mi hombro.

- Un poco, pero necesito ser romántico para tenerte a mi lado.-Sonrei.

Lo solté en la última vuelta y me arrodille.-¿ Qué haces?.-Matias estaba en medio del restaurante y obviamente el sabía que iba a hacer.

-Mati, querido, amor mío.-La gente empezó a grabar y a hacer una bombita llena de aplausos a nuestro alrededor.- ¿Te casarías con este alfa qué te ama con locura?.

Matías puso sus manos en su cara y me miró a través de ellas.- Enserio.-Lo escuché susurrar mientras todos le pedían que dijera que sí

-Si, si quiero.-Me levanté y sujete su mano para ponerle el anillo.

-Te amo.

-Yo también, mi amor.-Me abrazo y la gente aplaudió.

REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora