Capitulo 40.

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Todo me temblaba empezando desde las manos hasta los dedos de los pies.-Me siento como un bebé asustado.-Me quejé frente a Camila que se reía de mis nervios.

-Las bodas causan nervios a ver déjame poner bien esa camisa.-Estabamos en la casa alistando nos para lo que sería una pequeña ceremonia de firmar papeles legales, uno que otro voto matrimonial, con pocos invitados, un público reducido diría yo por qué estaría solo Juani, Esteban, Agus, la familia nuclear de Enzo y uno que otro amigo qué él decidió invitar.

-Me asusta.-Susurre.-Siempre pense que quien haría ésto de ayudarme a vestir y palabras de amor y aliento las haría mi mamá.

-Oh.. cariño.-Me abrazo Camila.-Bueno se que no soy tu madre pero te amo como si fueras mi cachorro y este es un día muy feliz.

El traje que habíamos elegido con Camila era bastante fuera de lo común, tanto la camisa como la chaqueta eran un poco cortas y el pantalón era de talle corto y hasta abajo algo ceñido.-En unos meses más no me veré tan delgado.- Dije riéndome al ver mi vientre en el espejo.

-Por ahora aún gozas de una esbelta figura.-Se rio.-Vamos a peinar esos cabellos.

Me senté y Camila paso el cepillo por mi castaño cabello y sonrió.-Voy a llorar.-Suspire.

-No cariño, no es momento de llorar.-Me abrazo.-De seguro Enzo está igual de nervioso.

Estuve en silencio hasta qué acabo de peinarme y luego tocaron la puerta.-Ma.-Era la voz de Enzo.

-No vayas a entrar Enzo Vogrincic, es de mala educación ver al novio antes de la boda.-Una carcajada entro a la habitación.

-No voy a entrar, va a entrar una sorpresa para Mati.-Yo negué avergonzado.

-Ya no necesito más cosas.-Dije rojo.

-Si consideras qué tener aquí a tu hermano mayor es una cosa, déjame decirte que me doles Matías .- Me levanté al verlo.

- Mario.- Salí corriendo a abrazarlo.-Hermanito.

-No me iba a perder esto, así qué vine a verte apenas tú alfa me ofreció venir a la boda, no iba a darme el lujo de qué mi hermano se casara y no estar presente.-Llore un poco en sus brazos.

-Gracias, enserio gracias.-Camila sonrió y se acercó a nosotros.

-Me alegra qué hayas venido a ver a tu hermano, mucho gusto conocerte soy Camila.-Mario le sonrió dándole la mano.

-Muchísimo gustó señora.-Se sonrieron.-Bueno Mati te traje algo, no es mucho.-Sonrio tímido.-Nada como lo qué está familia parece darte.-Sabia que se refería a la casa y el lugar donde se haría la ceremonia y es que la familia Vogrincic no eran presisamente económica.-Pero te deseo lo mejor mi querido hermanito.-Me extendió una cajita.

Está allí dentro tenía unas pequeñas mancuernas de plata para camisa.-Wow.. son lindas hermano.

-Pues es mi regalo de bodas.-Me dió un beso en la mejilla.-No lo pierdas.

Mario era un Omega muy bueno, y jamás había entendido por qué no se casó hasta qué me enamore de Enzo y me di cuenta de la reacción de mi madre al decirle que amaba a alguien, tal vez Mario sentía esa obligación de cuidarla y por eso jamás se había casado.

-Hermano.-Tome sus manos.-Me cumples un deseo de boda.

-¿Cuál?.-Mejor acarició.

-Encuentra un buen alfa y forma una familia, nadie merece estar solo tantos años.- Mario me semi sonrió.

-No te preocupes por mi, pero intentaré cumplirlo.-Le volví a dar un abrazo.-Hoy es tu día y estás muy lindo.

Cuando acabaron de arreglarme Camila sujeto mi brazo e invitó a Mario a tomarme del otro.-Voy a entregar a mi hermano en el altar eso no me lo esperaba.-Se burló el y yo estaba muerto del miedo.

-Sabes se que ese cheto de allí fuera te hará muy feliz, me contacto y me compro un boleto de avión solo por verte feliz, eso no cualquiera lo haría por su Omega.-Sonrei.

-Se que voy a ser feliz.

-Está es la actitud.-Me reí ante su emoción.-Bueno niño creó que ya no eres un cachorro.

Respiré profundo antes de que las puertas se abrieran.

REFLECTORES EN EL HIELO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora