🛍𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒉𝒊𝒓𝒕𝒚 𝒆𝒊𝒈𝒉𝒕🛍

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Entre sueños, YajaTzael abrazó a JiMin contra su pecho.

Eran como las dos de la madrugada y a pesar de estar en el quinto sueño, su cerebro estaba bastante despierto, lo que lo hacía pensar en JiMmy.

Ahora que lo pensaba bien, jamás a podido estar con sus dos hijos por mucho tiempo. Primero JiMin se fue al extranjero y se quedó con JiMmy, luego éste fue secuestrado por SooBaing y JiMin volvía, después pudo tenerlo a los dos por un pequeño periodo de tiempo y más tarde JiMmy se iba, provocando que él se quede solo con JiMin.

Él amaba a los gemelos, eran su vida, pero ahora volvía a revivir el temor que había pasado hace tiempo, esa ansiedad de saber que no tenía a JiMmy, esa depresión y ganas de sobreproger más a JiMin para que nadie se lo quitara, todo eso volvía.

Se sentía encerrado en una habitación que se hacía cada vez más pequeña, se sentía asfixiado y desesperado por querer salir corriendo y sino fuera por JiMin, hace mucho que se habría metido una bala en la cabeza.

¿Por qué JiMmy lo volvía a dejar?

Él y JiMin eran su corazón y si uno no estaba, entonces su corazón empezaba a desgarrarse lenta y dolorosamente.

Necesitaba a JiMmy con él, a ese chico rebelde que nunca se dejó mimar por él.

Diablos.

Cuánta falta le hacía. Sentía que había pasado mucho tiempo desde que se fue cuando en realidad solo habían pasado un par de días.

— " ¿Qué tatuaje quieres que nos hagamos? "

— " Algo que sea secreto entre nosotros tres "

— " Ay, pero a mí no me gustan los tatuajes, JiMmy-Ah "

Estaba dormido pero, inconscientemente, de sus ojos cerrados descendieron lágrimas de dolor que demostraban el estado de su corazón.

— " Ya lo tengo, un corazón de tinta blanca en el dedo meñique "

— " ¿Por qué con tinta blanca? "

— " Porque así solo será visible para nosotros "

— " ¡Yo lo quiero también! ¡Papi, hazme ese tatuaje! "

— " Vale, pero, Kitty, tú me haces el mío, ¿bien? "

— " Es un trato justo, YajaTzael "

Sus ojos denotaron vacío y tristeza cuando los abrió ante los múltiples recuerdos que no lo dejaron dormir más.

— " No es necesario decirte que te amo para que sepas que lo hago, YajaTzael "

¿De verdad lo amó alguna vez?

¿De verdad JiMmy lo amó?

— ¿Papi...?

— Estoy bien. Sigue durmiendo, enano.

Tras susurrar aquello, se quitó lentamente las colchas para no despertar a JiMin. Entonces, suspirando de forma sonora, se sentó en la orilla mientras sus ojos vagaban por la oscuridad de la habitación.

Desde lo más profundo de su corazón agradecía de que JiMin no lo haya dejado solo desde que JiMmy se fue.

Su enano.

Verdaderamente se daba cuenta de que ese niño siempre lo ha amado infinitamente, se lo ha dicho y se lo ha demostrado de mil formas posibles.

Sonrió con nostalgia.

Su chaparro era tan perfecto, a excepción de su mal gusto por elegir a hombres como YoonGi, pero él debía aceptarlo sí o sí.

— Jamás creí que tu mayor miedo sería la soledad.

Cerró los ojos cuando JiMin lo abrazó por la espalda y apoyó la cabeza en sus omóplatos.

— La soledad no es mi mayor miedo, JiMin — Susurró — Mi mayor miedo es estar en esta vida sin ti porque sin JiMmy, ya estoy.

— Yo también lo extraño, papi — JiMin murmuró — No sabes cuánto lo extraño, pero solo él eligió irse con ese señor.

— Tú no te irás de mi lado, ¿cierto?

Ese murmullo había salido tan lastimero de la boca de YajaTzael, tan necesitado y agrietado que él lo abrazó con fuerza.

— Yo jamás te voy a dejar, papi — Aseguró — Incluso si todos se van, yo me quedaré.

YajaTzael sonrió entre lágrimas de angustia.

— Entonces, manda a la mierda a YoonGi.

— ¿Qué? Ay, eso ño lo haré.

Bueno, al menos lo intentó.




















゚・* 🛍 ¸¸.•*¨*• 𝐹𝑎𝑛𝑐𝑦 𝑌𝑜𝑢 •*¨*•.¸¸ 🛍 *・゚ (𝐿𝑖𝑏𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑜𝑠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora