¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JiMmy se metió el bombón a la boca y con una gran sonrisa cargada de pura satisfacción se encaminó hacia las escaleras bajas del sótano.
Tarareó una canción mientras chasqueaba los dedos al ritmo.
Mierda.
Estaba tan feliz que por eso es que sonrió al encender la luz de ese oscuro lugar.
— No sabes lo bien que se siente ser la maldición de tus enemigos.
Así, sin perder su sonrisa, tomó una silla y la colocó frente al chico que estaba amarrado a una.
— He arruinado a cada Park que odio y a cada Min que ellos aman — Sonrió — Esto no es nada en comparación a lo que tengo planeado.
El chico amarrado a la silla clavó sus heterocromos ojos en él de forma intensa, demostrando mediante ella el odio que sentía.
— JiMin está destruido por su ruptura con YoonGi — Informó — Imagínate que encuentres a tu novio con tu hermano.
El mayor verdaderamente le gruñó a más no poder, apretó los puños con ira acumulada mientras lo maldecía mentalmente.
— YajaTzael es tan guapo — Rió — Dael puede ser su gemelo, pero entre gemelos también hay mejores, ¿no?
Saboreando el dulce en su boca, tomó el borde de la cinta adhesiva y la quitó sin ninguna lástima.
— ¡Hijo de puta!
— La que también te parió a ti.
El desteñido le gruñó y aún con los brazos y manos atadas, levantó la pierna y no dudó en joderle la cara con el golpe de talón que le dio.
— A diferencia de ti, a mí YajaTzael me enseñó las mierdas que a ti te hacen falta — Gruñó — Y JiMin tiene mucho más carácter de lo que tú piensas.
Como si fuera una competencia de gruñidos, el de hebras violáceas también le gruñó antes de devolverle el golpe.
Tensó la mandíbula y luego escupió una mezcla de saliva con sangre.
— JiMin es una maldita mosca muerta — Masculló — Un chiquillo caprichoso y mimoso que no porta el carácter necesario.
El chico amarrado en la silla le mostró una sonrisa de lado.
— No lo hagas enojar, es mucho peor de lo que crees, imbécil.
— A mí no me interesa JiMin.
El pelivioláceo volvió a sentarse en la silla frente a él.
— Lo que no me gusta es esa preferencia que tiene YajaTzael entre sus hijos — Negó — Porque todos saben que JiMin es su preferido.
Como si realmente lo lamentara, lanzó el dulce al piso y luego levantó la cabeza.
— ¿No es a él a quien siempre mimó? ¿No fue a él a quien siempre le cumplió cada capricho? — Se burló — ¿No es a él a quien le ha dado todo y más?
— En eso tienes razón, ¿sabes?
Sonrió.
— Pero lo que tú no sabes es que YajaTzael conoce tan bien cómo mimar a sus hijos debido a sus diferentes personalidades.
— ¿Ah, sí?
— Mientras uno recibía el bolso Gucci que tanto pidió, el otro recibía la moto de Kitty que tanto deseó tener — Informó el mayor — Mientras YajaTzael abrazaba a uno como tanto le gustaba, al otro le enseñaba a usar armas como tanto amaba.
— Bueno, pero...
— No vengas aquí a intentar meterme mierdas en la cabeza — Masculló — Se lo dije a SooBaing y ahora te lo digo a ti, YajaTzael ama a sus hijos por igual y de eso, solo sus mismos hijos son testigos.
El menor se puso de pie con aparente mal humor.
Su sonrisa satisfactoria se había perdido entre el bosque de envidia.
— YajaTzael me va a amar a mí.
— Cariño, el corazón de ese hombre está dividido en tan solo cuatro partes... en la que tú no puedes entrar.
