🛍𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒔𝒊𝒙𝒕𝒆𝒆𝒏🛍

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JiMmy jadeó cuando captó lo que JiMin había hecho.

JiMin jamás en sus casi diecinueve años le había alzado la mano a YajaTzael.

Nunca.

Ni siquiera podía contestarle o gritarle sin llorar primero.

— JiMin, tienes solo dos segundos para soltarme — YajaTzael habló entredientes — No me hagas perder la paciencia.

— Tú no me hagas perder la mía — Respondió JiMin — ¿A caso crees que esto es solo culpa de JiMmy? ¡Yo quise hacer esto por mi propia cuenta!

— ¡Eso no es cierto! ¡JiMmy te convenció y no lo defiendas, JiMin!

Malditamente irritado debido a que su papá no creía lo que decía, se alejó y tras no poder controlar su enojo; terminó estrellando el puño contra la pared.

Era la primera vez que lo hacía y se sintió tan bien que no pudo evitar volver a hacerlo un par de veces más.

Ahora entendía por qué YajaTzael lo hacía cuando se enojaba, y es que de cierta forma podía minimizar la ira.

— ¡JiMin! ¡¿Qué mierda te pasa?!

Entre jadeos se dio la vuelta e ignorando la sangre y el dolor en sus pequeños nudillos se acercó a YajaTzael y gruñendo le dio un leve empujón.

— JiMmy-Ah, vete — Ordenó — Déjanos solos.

Ante eso, JiMmy lo volteó a ver con el ceño fruncido.

— Estás loco si crees que te...

— ¡JiMmy-Ah, es una maldita orden! — Gritó encolerizado — ¡No me hagas repetirlo!

JiMmy, sin más opciones soltó un suspiro mientras se dirigía hacia la puerta.

JiMin estaba enojado y no quería hacerlo enojar más, mejor prefería hacer caso y no ser testigo de lo que se armaría entre dos personas exactamente iguales hablando de temperamentos.

Una vez YajaTzael y JiMin quedaron solos en el despacho, el menor alzó la cabeza para tomar entre sus lastimadas manitos el rostro de su papá.

— Papi... — Susurró — Papi, soy humano y soy tu hijo. ¿Pretendías que fuera tan sumiso como aparentaba ser?

— JiMin. Por Leviatán, chaparro, ¿de qué hablas? — YajaTzael cuestionó confundido — ¿Qué te está pasando?

JiMin le sonrió de forma ladina y luego se puso de puntillas y con mucho esfuerzo logró dejarle un beso en el mentón.

— Yo no soy tan inocente como tú piensas, papi — Confesó — Tú me heredaste tus ataques de ira, ¿sabes?

Todavía sin entender un carajo YajaTzael se sentó en el sillón entre un ofuscado suspiro.

— Y los he estado padeciendo más seguido últimamente — JiMin murmuró — No puedo controlarme. ¿Así te sientes tú cuando te da lo mismo?

— Sí, JiMin — Asintió — Son incontrolables.

El menor sonrió con las gorditas mejillas enduraznadas.

Entonces, se dirigió hacia él para sentarse en su regazo y dejó las piernitas a cada uno de sus costados, con los bracitos alrededor de sus hombros y la carita en su pecho.

— Papi... Esto no es culpa de JiMmy — Informó con los ojos cerrados — Deja ya de pensar que no soy como tú. Park YajaTzael, soy exactamente como tú.

— Bien. Está bien, me siento orgulloso de eso. Entiendo que eres un duraznito venenoso — Asintió YajaTzael — ¿Pero qué habría pasado si el plan hubiera fallado y en vez de capturar, hubieran sido capturados?

゚・* 🛍 ¸¸.•*¨*• 𝐹𝑎𝑛𝑐𝑦 𝑌𝑜𝑢 •*¨*•.¸¸ 🛍 *・゚ (𝐿𝑖𝑏𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑜𝑠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora