Destino (1era, 2da y 3era Generacion) (Harry Potter)

¿Todo igual que antes? (Parte 1)

Cuando Lily Evans sintió que sus pies tocaban el suelo perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer si no hubiera sido por los fuertes brazos de su amado esposo.

Ciertamente eso le trajo recuerdo de una de las primeras veces en la que se encontraban solos sin gritarse ni pelear por estupideces. Había sucedido en septimo curso.

Lily debía ir a la biblioteca por un libro para su tarea de Transformaciones.

James estaba castigado... Como de costumbre.

Cuando la pelirroja caminaba por los pasillos de la biblioteca sumida en sus pensamientos no se dio cuenta que un refresco de cereza estaba esparcido por el suelo pues a alguien se le había caído y Lily, inevitablemente, lo piso y resbaló.

Se preparó para el impacto que nunca llegó.

Pero vaya que algo la habia golpeado fuerte aquella vez.

Eran los ojos almendrados de James Potter que habia llegado a salvarla.

-¿Estas bien?- Pregunto James a su esposa.

-Si- le sonrio Lily- ¿Ya llegamos?

James soltó a la pelirroja y una vez que esta de encuentraba de pie pudo observar que se encuentraba en su casa.

-volvimos- afirma James Abrazando a la pelirroja.

-¿Y Harry?- La Potter abre los ojos grande y corre escaleras arriba rapidamente seguida de su esposo.

Remus Lupin solo pudo mirar a su alrededor, confundido y en parte deprimido. Tenia miedo por lo que les esperaba... un futuro no muy prometedor.

Suspiró y trato de no pensar en eso, todavia no estaba solo, todavia todos estaban con él.

Miró a la pareja que tenia a su lado.

Sirius y Lyra habian caidos ambos, rendidos en el sillon y recien cuando se nombro a Harry se levantaron.

Por suerte Lily y James bajaron las escaleras con el pequeño Harry en brazos.

-¿Él esta bien?- Pregunto Remus.

-Si- dijo sonriente Lily.

La sala se quedó en un silencio sepulcral.

¿Eso era todo?

-Eh... Bueno... Creo que lo mejor es que... Nos vayamos a nuestras propias casas- dijo Lyra sintiéndose de repente muy cansada.

Sirius intentó protestar pero James le envió una mirada de advertencia percibiendo como se sentía su amiga.

-Bien, ven cariño, te acompañó- dijo Sirius suspirando frustrado - Mañana...

-Mañana hablaremos sobre lo que tengamos que hablar- dijo Lily admirando a su pequeño hijo. Besó su pequeña cabezita y sonrío.

Y la pelirroja tenia razón, el día siguiente a ese momento podrían preocuparse por todo lo que vendría. Ahora debían relajarse y no pensar en nada. Después de todo, pensar con la cabeza en frío era lo mejor.

Remus saludó a sus amigos y al pequeño hijo de estos y desapareció con un libro y una taza de té en la mente.

Por su parte, Sirius y Lyra hicieron lo mismo y tomados de la mano desaparecieron hacia la casa de la segunda.

El aire era frío y tenso. Se notaba que ambos querían decir algo pero no sabían que decir.

-Bueno yo mejor me voy- Trato de sonreír Sirius.