capitulo 42 : ¿no puedo organizar nuestra boda?

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Después del anuncio de su compromiso, Alastor asumió sin problemas el manejo del infierno, mientras que Lucifer se dedicaba enteramente al cuidado de su embarazo.

"Quién lo diría, me estoy aburriendo", suspiró Lucifer, dejando a un lado el libro que estaba leyendo. Acarició su barriga, ya notablemente abultada. "¿Qué te parece si vamos a ver a tu padre, manzanita?" preguntó, recibiendo una patadita en respuesta. Sonrió ante el gesto. "A mí también me hace falta. Vamos a verlo."

Con esa decisión tomada, Lucifer se levantó y comenzó a caminar por los pasillos del palacio, tarareando una canción de cuna que había compuesto para su pequeña manzanita. Llegó al final del pasillo y se detuvo frente a la puerta de la oficina de Alastor. Sin esperar permiso, abrió la puerta y entró.

Alastor levantó la vista de los documentos que estaba revisando y su sonrisa se ensanchó al ver a Lucifer.

_ ¿Qué sucede, Luci?_ preguntó, dejando la pluma a un lado.

_ Nuestra manzanita y yo te extrañábamos _  respondió Lucifer, acercándose a Alastor con una sonrisa radiante.

_ Ten cuidado, Luci. No debes moverte tanto _ advirtió Alastor, aunque su tono era más cariñoso que preocupado.

_ Ver a mi prometido me hace feliz, Al _  respondió Lucifer, sentándose en el regazo de Alastor.

_ Has estado muy cariñoso últimamente, Luci _  comentó Alastor, acariciando el vientre de Lucifer.

_ Son las hormonas, cariño_  respondió Lucifer con una risita.

_ Luci, hay algo importante de lo que necesito hablar contigo_  dijo Alastor, su tono se volvió más serio.

_ ¿De qué se trata, Al?_ preguntó Lucifer, su curiosidad despertada.

_ Es sobre nuestra boda_  respondió Alastor. _ Sé que ya decidimos que sería después del nacimiento de nuestra manzanita, pero...

_ ¿Pero qué?_ interrumpió Lucifer, frunciendo el ceño. _ Ya hemos hablado de esto, Al.

_ Sí, lo sé_  asintió Alastor. _ Pero he pedido a mi querida Rosie que se encargue de la organización del evento. Estoy seguro de que lo hará estupendamente.

Lucifer frunció el ceño aún más. No le gustaba la idea de que Rosie, a quien sabía que Alastor consideraba una amiga cercana, se encargara de su boda. _ Yo puedo encargarme de eso, Al_  respondió rápidamente. _ Es nuestra boda. Quiero que sea perfecta.

_Y yo también quiero que sea perfecta, Luci_ , respondió Alastor. _ Por eso quiero que Rosie se encargue de los detalles. No quiero que te estreses. Además, ella me aseguró que tú serías el que escogería tu traje.

Lucifer se sintió aún más molesto. ¿Acaso no podía organizar su propia boda? Se levantó del regazo de Alastor, su rostro mostraba claramente su disgusto.

_ Voy a regresar a mi habitación_  anunció, saliendo de la oficina sin darle a Alastor la oportunidad de responder.

Alastor lo miró irse, pero decidió no seguirlo. Sabía que Lucifer necesitaba tiempo para procesar la información.

Por ahora, se concentraría en su trabajo.














El segundo gobernante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora