capitulo 58: tú te enamoraste primero pero yo me enamoré más fuerte

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El contacto de los labios de Alastor con la piel de su cuello dejaba huellas visibles. Su toque, ardiente y excitante, quemaba su piel.

_ Mm~ ha~ _ murmuró lentamente cuando Alastor envolvió su miembro con su lengua.

Todo se estaba volviendo tan intenso y Lucifer no podía pensar en nada más que en su esposo, quien le proporcionaba esas deliciosas caricias.

Sus piernas fueron abiertas y Alastor se colocó entre ellas. Sosteniendo una de sus piernas sobre su hombro y la otra por el muslo, Alastor penetró a Lucifer. Aún sensible de la noche anterior, la entrada rápida y profunda de Alastor le hizo gemir y arquear la espalda, agarrando las sábanas bajo él.

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No podía entender por qué se comportaba de esta manera. Desde hace meses, Lucifer había dejado de ser solo un objeto para cumplir sus planes y ambiciones. Cada caricia de Lucifer se había vuelto necesaria, su corazón muerto había vuelto a latir por la atención y el amor que el ángel caído le daba. Disfrutaba del placer de su cuerpo y su mente no pensaba en nadie más que en Lucifer.

Aumentó el ritmo, embistiendo con fuerza el cuerpo que gemía y gritaba de placer debajo de él. Estaba molesto consigo mismo por haber caído ante su propia presa, por haber obtenido lo que quería y aún así sentirse atraído.

Escuchaba los gemidos desbordados de placer y veía las expresiones tan sexys que hacía el ángel caído. ¿Qué más daba si se había enamorado de Lucifer? Era el ángel caído, el más hermoso arcángel, así que no importaba. Ya lo tenía, era suyo y si se podía permitir amarlo.

Lucifer llegó a su orgasmo, estremeciéndose cuando sintió su liberación y luego la de Alastor, quien se había venido con fuerza dentro de él.

Recuperando un poco la respiración, vio a Alastor, quien lo observaba con su conocida sonrisa pero su mirada tenía cierta diferencia. Con cuidado, bajó sus piernas de los hombros del demonio de la radio.

_ Cariño _ llamó con la voz un poco áspera por haber estado gritando hace un momento _ ¿Sucede algo?

_ No pasa nada, cielo _ Alastor se acercó y le dio un beso en su mejilla _ Descansemos, presiento que tendremos unos días largos.

Lucifer asintió y se acomodó entre los brazos de Alastor.

Lucifer ya estaba dormido y Alastor lo sabía por la manera lenta en la que respiraba. Invocó un tentáculo hecho de sus sombras y lo envolvió en el cuello de Lucifer.

_ * Hazlo *_ se gritó mentalmente a sí mismo _ * Acaba con él, Charlie estará bien solo contigo, ya nos dio todo lo que necesitábamos de él, ya no tiene valor *_ su mente le insistía pero no podía. Su cuerpo no respondía, sus sombras no lastimaban a Lucifer, de hecho, desaparecieron y se envolvieron protectoramente sobre el durmiente soberano.

Definitivamente, Lucifer se había escabullido entre las grietas de su muerto corazón y desde allí se había sembrado sin intenciones de salir.
























No recuerdo quién había comentado algo así pero me parece un buen título para este capítulo

El segundo gobernante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora