Capítulo 60: El Sacrificio del Amor Eterno

1.2K 121 28
                                    



El escenario se encuentra en medio del campo de batalla, donde Lucifer yace herido, sostenido por Alastor. El cuerpo del soberano del infierno sangra por las heridas causadas por las lanzas celestiales, mientras Alastor, desesperado, lo mira con ojos llenos de angustia y desesperación.

Lucifer, a pesar de su debilitamiento, sonríe débilmente al ver la expresión de su amado.

Con voz entrecortada, susurra las palabras que destrozarán a Alastor:

_Te Amo_

Estas palabras, cargadas de amor y resignación, penetran en el corazón de Alastor, quien se ha negado a aceptar que él también ha caído irremediablemente ante el amor de Lucifer.

El dolor y la tristeza se reflejan en los ojos de Alastor mientras su esposo pronuncia esas palabras finales.

Siente cómo su mundo se desmorona ante la inminente pérdida de Lucifer.

A pesar de todos sus poderes y habilidades, no puede hacer nada para salvarlo.

En ese momento, un grito desconsolado y desgarrador escapa de los labios de Alastor.

Es un grito de dolor y desesperación, una expresión de la profunda tristeza que lo consume al ver a su amado perder fuersas entre sus brazos.

........................
..................
...........
......
...
.

En medio de su mundo de oscuridad y caos, Lucifer había sido la luz que iluminaba su camino. Aunque Alastor no lo había reconocido en su momento, Lucifer le había brindado algo más valioso que cualquier plan o ambición: el amor.

En su afán de alcanzar sus propios objetivos, Alastor había pasado por alto la verdadera esencia de Lucifer.

No se había dado cuenta de que había sido testigo del poder transformador del amor, de la capacidad de redimir incluso a los seres más oscuros.

Ahora, mientras veía cómo Lucifer se debilitaba, Alastor se enfrentaba a la realidad de su propia ceguera.

Había perdido la oportunidad de valorar y aprovechar el amor que Lucifer le había ofrecido, sumergido en sus propias motivaciones egoístas.











Fin ~



.
.
.
.




¿Están llorando? y si no es así pues los felicito porque yo sí lloré escribiendo estos últimos capítulos, esperen que publicaré un Extra donde abra una sorpresa así que esperen un poquito

El segundo gobernante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora