Capítulo 38: "Encuentro en el Casino"

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Alastor caminaba por las calles infernales, su sonrisa espeluznante en el rostro. Los demonios huían a su paso, temerosos de encontrarse en el camino del demonio de la radio. Con paso seguro, se dirigió hacia los territorios bien conocidos del demonio del juego.

Entró al majestuoso casino que se alzaba frente a él. El interior era impresionante, un lugar donde los demonios iban a apostar y embriagarse. Las luces brillantes y parpadeantes iluminaban la sala principal, donde se escuchaban risas y gritos de emoción. Las mesas de juego estaban llenas de demonios ansiosos por probar su suerte, mientras que los camareros demonios servían bebidas exquisitas.

Alastor caminó por el lugar como si fuera su propio establecimiento, dirigiéndose hacia la zona privada donde se encontraba el demonio que buscaba. Allí, se encontró con Husk, un viejo amigo.

_ Husk, mi viejo amigo, ¿cuánto ha sido la última vez que nos hemos visto?_ dijo Alastor con una sonrisa.

_¿Qué es lo que quieres, Alastor? La última vez que viniste tuve que enfrentar un desagradable asunto_ respondió Husk, con su característico tono gruñón.

_ Pero de qué te quejas, saliste triunfante y lograste que tu fama creciera aún más. Mira cómo ha crecido tu poder y territorio_ dijo Alastor, extendiendo sus manos para mostrar el lugar.

_ Como si no te conociera ya, dime lo que te trae aquí. Sabes que soy un gato de pocas pulgas_ respondió Husk, desconfiado.

_ Casualmente pasaba por aquí y me pregunté por qué no visitar a mi viejo y querido amigo Husk y disfrutar de una buena bebida_ sonrió Alastor.

_ Aún sé que te traes algo en la manga, pero sabes que no me niego a un buen trago_  dijo Husk, llamando a una atractiva demonio para que les trajera unas bebidas.

_ Mientras esperamos las bebidas, amigo mío, ¿por qué no me cuentas cómo te ha ido?_ sugirió Alastor.

_ Tú mismo lo has dicho, Alastor, todo ha ido prosperando_ respondió Husk, observando el lugar con orgullo.

_ Veo que has tenido una muy buena racha_  rió Alastor entre dientes mientras miraba a su alrededor.

En ese momento, la camarera llegó con las bebidas requeridas. Alastor elogió el vino que le habían traído.

_ Qué buen vino, mi amigo. Conoces mis gustos_ dijo Alastor, satisfecho.

_ Podrás ser un bastardo que siempre trae problemas, pero debo rescatar que tienes un buen paladar para apreciar las mejores bebidas_ respondió Husk, con una pizca de admiración.

_ Jajajaja, por supuesto. Este vino es de muy buena calidad, es muy difícil conseguirlo aquí en el infierno. Me gustaría que el vino de mi boda sea así de exquisito_ comentó Alastor, con una sonrisa enigmática.

_¿Boda? ¿Tú? Ja, no me hagas reír_ saltó Husk con sarcasmo. Pero al ver la sonrisa de Alastor, comprendió que el bastardo había logrado su objetivo.         _ Carajo, ¿en serio?

_ Claro, mi estimado. Cuando definamos la fecha, te daré la invitación personalmente_ respondió Alastor, tomando lo último de su copa y retirándose del lugar.

Husk soltó una estruendosa carcajada. Ese bastardo sí que sabía mover sus fichas para llegar a donde quería.








El segundo gobernante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora