capitulo 57: No lo digas

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La reunión con los pecados capitales se había llevado a cabo. Habían sido informados de los acontecimientos y de la posible guerra entre el cielo y el infierno.

Los pecados capitales apoyarían a sus gobernantes y protegerían su correspondiente anillo infernal.

Alastor salió de la reunión. Sabía que tal vez se estaba apresurando al informar a los pecados, pero debían estar listos para el enfrentamiento. Tenía un presentimiento que lo perseguía hasta su sombra, la cual se encontraba muy inquieta.

Llegó a la habitación donde estaba su esposo y sus amigos.

_ Alastor _ Rosie fue la primera que notó su presencia.

Se acercó a Lucifer, quien abrazaba a Charlie sin planes de soltarla. Entendía que querer quitarle a Charlie era algo que no se esperaba. Era su hija, nada ni nadie la alejaría de ellos.

Husk y Rosie sabían que ambos esposos necesitaban un momento a solas con su bebé, así que en silencio se retiraron.

_ Lucifer _  llamó Alastor. _ Ya están enterados. Si se llega a dar el combate, estaremos listos

_ Al, cariño _  susurró Lucifer, su voz se notaba apagada. _ ¿Crees que soy egoísta por no darles a Charlie?_ preguntó.

_ ¿De qué hablas? Es nuestra hija y nadie tiene el derecho de quitárnosla_ respondió Alastor.

_ Tienes razón, Al _

Ambos se quedaron en silencio un poco más hasta que Charlie empezó a moverse entre los brazos de su papá y dio señales de querer llorar.

_ ssh, tranquila, pequeña. Tus papás siempre estaremos aquí_ le habló Lucifer en un tono suave.

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Ya entrada la noche y dejando atrás el agotador día, ambos esposos se acostaron a descansar.

_ Al _ llamó Lucifer, acercándose a Alastor, abrazándolo, rodeando su cintura y escondiendo su cara en el pecho del más alto.

_ ¿Qué sucede, Lucifer?_ el demonio de la radio solo acarició los dorados cabellos de su esposo.

_ Yo... Nunca pensé que tendría este futuro_  dio un suspiro y antes de que el contrario hablara, continuó. _ Cuando fui desterrado del cielo y me convertí en el soberano y amo de todo el infierno, creí que mi existencia estaría encadenada a la soledad. Pero luego, una transmisión de radio cambió todo_ levantó la mirada, conectando con la mirada contraria. _ Primero fue interés por la manera en la que encontrabas belleza en los lamentos de agonía y desesperación. Luego fue diversión por la manera en la que actuabas sin detenerte por nada ni nadie. Me pareció tan divertido tu actuar que rápidamente se convirtió en necesidad, en la necesidad de estar contigo, que no te alejaras de mí. Y finalmente, caí en tus brazos y me enamoré de ti_confesó con los ojos fijos en los de su esposo.

Alastor solo lo besó, sosteniendo su mejilla con una mano y la otra en la nuca del más bajo, haciendo del beso algo intenso.

Los besos subieron de tono y cuando Lucifer ya estaba recostado en la cama, miró a su esposo.

_ Alastor, yo te am-_  su frase fue interrumpida por el demonio de la radio que lo besó otra vez.

No quería escuchar esas palabras. Su plan ya había funcionado, no necesitaba escuchar esas palabras, no ahora que su corazón latía con fuerza y parecía que se saldría de su pecho. Alastor no quería escuchar esas palabras, pues sabía que le debía mucho al Karma



























El segundo gobernante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora