María José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida:
1- Está locamente enamorada de su mejor amiga.
2- Ella no le corresponde.
¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz?
¿Daniela le corresponderá?
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A partir de aquel día las cosas solo fueron aumentando, Calle cada día estaba más convencida de su amor por Poché, pero parecía que aquel hermoso sentimiento estaba conectado a la certeza de que debían esconderse, a que su amor debían guardárselo para ellas. Poché cada día estaba más frustrada con aquella situación, y Calle sabía perfectamente lo que la morena sentía, pero, ¿Qué podía hacer? No podía gritar su amor a los cuatro vientos aunque era lo que más deseaba aquellos días, no podía ser egoísta con Mari y Abi, ellas no habían hecho nada mal, no merecían que alguien más pusiera en jaque sus carreras.
Aquel día en el estudio, Calle notó a Poché más frustrada que nunca, sin imaginar que esta tenía una batalla interior en su cabeza, por un lado deseaba con todas sus fuerzas quedarse y luchar por lo que por fin había conseguido con Calle, pero por otro, la victoria le sabía demasiado amarga al mantenerla en secreto, ella no quería amar a Calle a escondidas, ella quería compartir su mundo con la castaña y que todo el mundo lo supiera, quería entregarle su vida tal y como había hecho con su corazón, pero parecía que lo que ella deseara o quisiera no importaba demasiado.
De repente, con tantas cosas en la cabeza, Poché se confundió en lo que debía decir para el video.
-¡Maldita sea! Lo siento- Poché dejó escapar un suspiro- Necesito un segundo, lo siento.
Poché salió de la sala a toda prisa.
-¡Gordi!- Calle salió tras ella desconcertada, logró alcanzarla en la cafetería- Ey! Amor ¿Que pasa?
-Nada- Poché se sentó en la primera mesa libre que encontró.
-Gorda, a mi no me engañas ¿Sabes?- Sentándose frente a ella y tomando sus manos- ¿Que te pasa, amor?
-Solo...- Poché podía ver la preocupación en los ojos de Calle- Solo me levanté con mal pie esta mañana, no te preocupes.
-¿Porqué será que no te creo una sola palabra?- Calle sonreía divertida, contagiando a Poché- Pero, está bien, ¿Qué te parece si hoy vamos a mi casa? Pasamos la tarde juntas, acabo de comprar una películas que me han recomendado mucho, y me encantaría verla contigo- Calle le envió una sonrisa pícara, la cual hizo que Poché sonriera abiertamente.
-Por supuesto- Calle se levantó de la mesa y le dio un rápido beso en los labios antes de encaminarse nuevamente al estudio.
Aquella tarde, sobre las 5, Poché llamó a la puerta de Calle, la cual la esperaba emocionada.
-¡Amor! ¡Por fin!- Calle sonreía con alegría, contagiando nuevamente a Poché, ella siempre se contagiaba de su hermosa sonrisa. Se dieron un enérgico beso entre risas, obligadas a separarse solo por la falta de aire- Bueno Gordi, hoy es día de....- Calle buscó la caja de la película para leer el nombre que le era imposible de recordar- Mulin Roge o algo así- y que tampoco era capaz de pronunciar.
-Moulin Rouge- la corrigió Poché de manera tierna, aun sin soltarse de la cintura de la castaña.