Capítulo 65

200 12 0
                                    

Nunca había sentido aquel hospital tan inhóspito

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nunca había sentido aquel hospital tan inhóspito. Había pasado allí mucho tiempo, pero, de repente, parecía un lugar desconocido.

Calle suspiró antes de encontrarse con Juan Carlos en la planta baja. Este, volvió a insistir en su perdón, pero la castaña no guardaba rencor alguno hacia el, pues, ahora que estaba a punto de convertirse en madre, entendía perfectamente las actitudes del hombre.

El ascensor tardó en subir más de lo que ella recordaba ¿O eran sus nervios? Calle intentó relajarse pues sabía que en aquel estado nada bueno ocurriría. Juan Carlos decidió esperar fuera de la habitación, para dejarlas hablar.

La cortina estaba echada, resultando en que Calle no pudo contemplar a su esposa antes de entrar. Suspiró antes de colocar su mano en el manillar de la puerta, sin imaginar lo que encontraría tras esta.

-¿¡Qué haces tú aquí?!- Con enfado. El corazón de la castaña se llenaba de rabia al ver a Mario Ruiz entreteniendo a su esposa, seguramente con mentiras. Mario saltó de la cama al escuchar la voz de la castaña, mientras que Poché se mostró confusa. La rabia de la otra vez volvia a aparecer de repente- ¡¡Lárgate de aquí!!

-No estoy haciendo nada malo Calle- Enfrentándola.

Calle lo sujetó de la camisa con fuerza.

-¡¡Lárgate!!- Empujándolo contra la puerta.

-¡Suéltalo bruta!- Alegó Poché intentando levantarse de la cama para ayudar a su amigo- ¿¡Por qué no mejor te largas tú?!- Calle soltó a Mario al escuchar las palabras de Poché, no daba crédito a lo que había escuchado.

-¿Qué has... qué has dicho?- Con la voz temblorosa.

-¡Qué te largues!- Aclaró Mario con una sonrisa triunfante.

-¡Tú no tienes ningún derecho de estar aquí imbécil!- Volviendo a empujarlo contra la puerta.

-¡Tú tampoco!- Saltó Poché- ¡No te conozco!

-¡Yo soy tu esposa!- La habitación se quedó en silencio, Poché la observaba confusa. ¿Su esposa? Eso era imposible. Calle intentó acercarse a ella, pero la chica la rechazó- Poché, por favor, Poché.

-No quiero verte- En voz baja- Eres una mentirosa- Calle la observó con todo el dolor de su alma. Poché empezaba a llorar- ¡Déjenme sola! ¡Quiero estar sola!- Mario salió de la habitación sin rechistar- ¿No escuchaste? ¡Quiero estar sola!

-Pero yo quiero....- Una pausa- Poché, yo soy tu esposa- Con lágrimas en los ojos- Soy Daniela Calle-Garzón, tú esposa, tu compañera, la mad.... La madre de tu hija- Tocándose el vientre, Poché la miró anonadada.
- No, no te creo- Llorando- ¡Lárgate mentirosa! ¡Lárgate! ¡Lárgate! ¡Lárgate!- Calle la observó sin moverse. Juan Carlos, que había escuchado los gritos desde afuera, entró con rapidez.

-¿Qué está pasando aquí?- Juan Carlos se acercó a su hija, la cual lo abrazó asustada.

-¡Papá ayúdame! ¡Saca a esta mentirosa de aquí!- Llorando más fuerte- ¡Por favor Papá!- Calle ahora lloraba con más fuerza que nunca.

How You Get The GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora