María José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida:
1- Está locamente enamorada de su mejor amiga.
2- Ella no le corresponde.
¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz?
¿Daniela le corresponderá?
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Volvieron a Bogotá a la mañana siguiente, solo para despertar siendo noticia. Por un lado estaban los artículos relacionados con la boda, por otro los que hablaban de la larga espera por la boda de Mari, y por otro, el lado que más polémica había creado, unas fotos en las que Calle y Poché se veían demasiado juntas.
-¿Que vamos a hacer Poché? Esto es terrible- Alegaba Calle mientras Poché seguía observando las fotos.
-Salimos bien- Poché sonrió, pero su alocada novia no estaba para bromas en aquel momento.
-No estoy de broma Poché, esto es serio- El tono de Calle no era nada amigable, mirando aquellas noticias no podía parar de pensar en las consecuencias que traería que se supiera lo que guardaban en secreto.
-Lo sé Dani- Alegó Poché con tranquilidad, Calle la miró sorprendida- Creo que es el momento.
-El momento- Calle ahora permanecía confundida- ¿El momento de que?
-De salir de nuestro pequeño armario Dani- Poché sonrió- De contarle al mundo sobre este gran amor. Cariño, es momento de dejar de ser una simple canción.
Calle deseaba, con todas sus fuerzas, que aquello pudiera convertirse en una realidad... un mundo donde ellas pudieran estar juntas sin temer las consecuencias, sin duda, un mundo perfecto. Calle sacudió la cabeza para volver al mundo real, a ese en el que nada era ni remotamente perfecto.
-Estás loca Poché- La morena dejó escapar nuevamente sus esperanzas, una vez más, la castaña le comprobaba que su relación no era más que un juego- No podemos hacer eso. No insistas- Calle se sintió mal al ser borde con ella, pero sabía que no habría otra manera de hacerla entender. Poché no dijo nada, su mente actuaba por si sola.
-Vale, como quieras- Calle le envió una sonrisa de calma, pero sintió algo extraño al ver que Poché no le respondía a la sonrisa- Voy a dar un paseo, nos vemos en un rato.
-Te acompaño- Alegó con decisión, pero Poché negó con la cabeza, necesitaba su espacio.
-Nos vemos luego Calle- Poché salió del lugar a toda prisa, Calle se quedó observando la puerta mientras la sensación de miedo a perder a Poché la invadía por completo. ¡No! Se le pasaría, Poché no iba a dejarla.
La morena se sentía una estúpida, siempre era lo mismo, encontraba la razón perfecta para pedirle a Calle que fueran sinceras y, solo conseguía una nueva negativa, palabras distintas con el mismo significado. Empezaba a sentir que su amor por Calle no era tan fuerte como había pensado, no podría soportarlo todo, no podía soportar aquello.
Calle se sentía cada segundo peor por haberle hecho daño a su Poché, ella deseaba salir de su "pequeño armario" tanto como Poché, pero no podía ser egoísta, arriesgar a Abi y Mari de aquella manera para poder ser ella feliz era una falta de compañerismo en la que ellas nunca caería. Aunque, el echo de que no pudiera complacerla no quería decir que pudiera dejar marchar de aquella manera al amor de su vida.