María José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida:
1- Está locamente enamorada de su mejor amiga.
2- Ella no le corresponde.
¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz?
¿Daniela le corresponderá?
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Las cosas pasan por algo ¿Cierto?
Al menos Lauren era consciente de ello, por lo que mudarse a Bogotá tarde o temprano tendría una consecuencia, mala o buena.
En los últimos meses, Camila había empezado a rendirse con el asunto de Lauren, creía haber hecho hasta lo imposible por recuperarla, y ya era tiempo de ir haciéndose a la idea de que lo suyo con Lauren no iba a proceder.
Lo que peor llevaba la chica era el hecho de cargar con la culpa del final de la relación, algo que no podía llevar dentro el resto de su vida.
Camila decidió poner punto y final a todo, le pidió a su agente que le reservara sitio en el próximo vuelo a Barcelona, España; empacó sus pertenencias, y se despido a marcharse, pero mientras esperaba el taxi que la llevaría al aeropuerto entendió, que no podía marcharse y llevar aquella pesada carga en sus hombros.
Era cierto que Camila era la culpable de la última ruptura con Lauren, pero había dado todo de si para arreglarlo, había pedido perdón, se había mudado a Bogotá sólo por Lauren, la había apoyado en todo... pero la chica ya no sabía que mas hacer.
La puerta de madera y cristal se alzaba ante ella. El lugar permanecía a oscuras, pero Camila había visto el nuevo carro de Lauren en la puerta, así que decidió llamar al timbre.
Pocos minutos después, una adormilada Lauren abrió la puerta, Camila se mordió el labio inferior, aquella, sin duda, era la versión de Lauren que mas le atraía; sin maquillaje, con el cabello hecho un desastre, en su pequeño pijama de verano... Camila suspiro mientras la mirada confusa de Lauren se posaba en ella.
-¿Camila?- Bostezó- ¿Qué quieres?
-Despedirme- En un susurro, Lauren reaccionó de repente.
-Me marcho Lauren- Con seriedad- Me rindo- Lauren resopló sonriendo. Camila levantó una ceja, sorprendida- ¿Qué?
-¿Por qué será que no me sorprendes en absoluto?- Resignada.
-¿De qué hablas Lauren?- Intentando comprenderla.
-De que siempre te rindes Camila, siempre es igual contigo- Lauren se aleja de la puerta, permitiéndole el paso a la chica.
-¿Yo soy la que siempre se rinde?- Observándola con severidad, una larga pausa se apodera de ellas, Lauren se sentó en el sofá, dandole la espalda- ¿Cómo te atreves Lauren? ¿Cómo te atreves a decirme eso?- Perdiendo los nervios- ¿¡Cómo?!
-¿Cómo?- Repitió Lauren en voz baja- ¿Cómo te atreves tú a preguntarlo si quiera?
-¡Vine aquí por ti!- Gritando, Lauren se levantó del sofá para ir sobre ella, deteniéndose a los pocos centímetros.
-¡Después de dejarme!
-¡Me quedé por ti!
-¡No te pedí que lo hicieras!- Con lágrimas en los ojos- ¡Nunca! ¡En todo este tiempo siempre me has apartado como a un trapo sucio cuando has querido! ¡No soy un maldito desperdicio!
