María José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida:
1- Está locamente enamorada de su mejor amiga.
2- Ella no le corresponde.
¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz?
¿Daniela le corresponderá?
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Calle y Poché estaban sumidas en un profundo y placentero sueño tras las últimas desveladas que habían tenido lugar en sus vidas. Aunque este fue interrumpido por la insistencia de alguien al tocar la puerta.
Poché se aferró a su almohada gruñendo... ¿Quien molestaba a aquellas horas?
Entreabrió los ojos para ver el reloj de la mesilla... Las 10:26hrs.
-¡Las 10:26!- Saltó de la cama cayendo sobre sus codos, Calle se despertó al escuchar el impacto de la chica contra el suelo.
-Gordi... ¿Que pasa?- Calle pasó el dedo índice de la mano derecha por su ojo, bostezando- ¿Estás bien?
-¡Amor levanta! ¡Llegamos tarde!- Poché corría hacía el baño- ¡Son las 10:30!
-Las 10:30... Las 10:3... ¿¡Que?!- Por fin la castaña reaccionó, debían estar listas en 20 minutos o no les daría tiempo a llegar para facturar.
Increíblemente, las perezosas consiguieron llegar a tiempo a junto del resto del equipo, los cuales aplaudieron con sarcasmo ante su inminente llegada.
-¿Otra noche dura?- Preguntó Mari con una sonrisa, Poché asintió con perversión en la mirada.
El vuelo hasta Barcelona fue considerablemente corto, las chicas estaban encantadas. Aprovecharon la tarde para visitar la ciudad que seguía siendo igual de impresionante que la primera vez que la vieron. Se detuvieron en una cafetería cercana a la sagrada familia, el sol era fuerte en las épocas del año que corrían, por lo que no les venía mal un refresco y algo de sombra.
Mari fue a la barra a pedir algo de beber mientras Abi iba al baño, Calle y Poché seguían notando la fuerte conexión entre sus amigas.
-Hay que ponerse manos a la obra cupido- Informó Calle mirándola con firmeza.
-¿Manos a la obra?- Preguntó la morena sin apartar la vista del partido de fútbol que transmitían por la tele.
-Ya sabes, Mari... Abi... juntas.... ¡Poché!- Chasqueando los dedos frente a ella- ¡Regresa!
-Lo siento cariño estaba...
-Viendo la tele- Interrumpió Calle, Poché asintió sonriendo para, a continuación, depositar un sutil beso en su mejilla-Como te decía, es hora de ponernos en marcha, Cupido- Ambas asintieron sonriendo.
Sus amigas, sin imaginarse lo que pasaría, se unieron a la mesa junto a estas.
Desde ese pequeño instante, Calle y Poché no paraban de dejarlas solas a propósito, de hacer preguntas tontas... Mari y Abi no sabían que pensar o decir, solo se limitaban a seguirles el juego a sus amigas.
-Gorda, ¿Te gustan mis... ya sabes?- Moviendo las manos en círculos frente a su pecho. Se encontraban en el camerino, esperando para ensayar.
-¿De qué hablas amor?- Poché se acercó a ella para abrazarla con ternura.
