María José Garzón siempre ha tenido dos cosas muy claras en su vida:
1- Está locamente enamorada de su mejor amiga.
2- Ella no le corresponde.
¿Qué pasaría si un día su gran secreto sale a la luz?
¿Daniela le corresponderá?
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Las chicas regresaron a Bogotá al día siguiente, Mari y Abi se quejaron todo el santo viaje por la resaca, juraban que no volverían a beber de esa manera, Calle y Poché no hablaron del beso. Por lo que Poché había notado, para Calle no había tenido ninguna importancia, mientras que esta intentaba evitar de todas las maneras posibles hablar del incomodo tema. Poché había estado toda la noche en vela recordando ese micro-segundo en que rozó los labios de la castaña.
Llegaron al aeropuerto, Johann esperaba a Calle con flores, ella saltó a sus brazos emocionada. Poché hizo una mueca de disgusto que nadie notó para a continuación seguir andando hacia la salida; Abi se quedó observando a la parejita mientras Mari fue tras Poché.
- ¡Enana! ¿A donde vas?- Preguntó unos pasos por detrás de Poché.
- A casa, estoy cansada- Poché apuró el paso.
- ¡Poché! ¡Espera!- Mari la cogió del hombro consiguiendo detenerla- ¿Por qué tanta prisa? ¿Es por Johann?
-Solo estoy cansada Mari- Mintió nuevamente, sin conseguir engañar a la chica.
- No te creo Poché, sé lo que tienes- Poché negó con la cabeza y retomó su camino hacia la salida- Estás enamorada de Calle.
Poché se detuvo en seco al escuchar las palabras de Mari, se giró dejándole ver a su amiga su expresión, una mezcla entre miedo y sorpresa.
- ¿Qué dices?- Intentó mentir, pero sus nervios la traicionaron- Claro que no, ¿Por qué piensas eso?
- Porque he visto como la miras, amiga- Mari se acercó a ella- Y porque te conozco.
Poché la miró intentando buscar las palabras adecuadas para que dejara de pensar eso.
- No sé que hacer- Fue lo único que dijo antes de dejar escapar un suspiro mientras se sentaba en el banco cercano, Mari la rodeó por los hombros.
- Tranquila pitufo, tu secreto está a salvo conmigo- Poché dejó escapar una leve sonrisa mientras Mari se sentaba junto a ella en el banco, en ese momento, tuvieron que detener la conversación, pues Calle, Abi y Johann se acercaron a ellas; Calle se sentó junto a Poché.
- ¿Qué pasa niñas?- Preguntó Abi con una sonrisa, se sentó en las piernas de Mari.
- Nada, estabamos despidiendonos, estoy cansada- Poché se puso de pie tras terminar de hablar.
- Pero Gorda... vamos a ir a casa de Johann a festejar el regreso ¿No vienes?-La tomó de la mano y le puso carita de cachorrito abandonado, pero esta vez no funcionó.
