Capítulo 18

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Las cosas se complicaron bastante a partir de aquel día

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Las cosas se complicaron bastante a partir de aquel día.

Poché sabía que todo aquello había sido un sueño, un hermoso sueño del que había despertado cayéndose de la cama y dándose de bruces contra el suelo. ¿Como una persona era capaz de sentir tanto dolor? Era imposible sentir algo más que no fuera aquel intenso dolor en el pecho.

Calle no podía pensar en otra cosa que no fuera Poché. La morena había logrado meterse de lleno en su vida, y ahora no quería seguir formando parte de ella. Eso la hería profundamente. Calle juraba ver a Poché en cada rostro que se presentaba a su alrededor.

A causa de la tensión que se podía palpar en el ambiente, las chicas se tomaron dos semanas de vacaciones.

Mari y Abi se pusieron de acuerdo para ayudar a "ese par de locas a reconciliarse" citando las propias palabras de Mari.

Mari fue a casa de Calle aquella tarde, la castaña estaba metida en la cama bajo la manta, con Ramón junto a ella, además de por una montaña de pañuelos usados a su alrededor.

-Calle, tienes que salir de la cama- Alegó Mari con calma- Se que tú situación es dura, pero no puedes quedarte metida ahí hasta que Poché recapacite.

-Poché no va a recapacitar- la voz de Calle chocaba contra la manta- No va a volver.

-Si te quedas ahí metida claro que no- Mari la destapó- ¡Por Dios! ¡Eres Daniela Calle! ¿¡Cuando te has dado por vencida a la primera?!

-No hay nada por lo que luchar Mari, ya es muy tarde- Calle volvió a taparse con la manta.

-No seas tonta- quitándole nuevamente la manta de encima- Nada ha acabado.

-¿Como estás tan segura? Poché lo dejó claro- Calle hizo una pausa y gruesas lágrimas cayeron por sus mejillas- Todo ha terminado- Mari la abrazó fraternalmente.

-Estoy segura porque es de Poché de quien hablamos- Se separaron- Ella te ha amado como nunca nadie ha sido capaz de amar, créeme, lo he visto.

-¿Qué crees que debería hacer?- Mari sonrió al ver como su amiga mostraba interés.

-Tienes que hablar con ella.

-No creo que quiera hablar conmigo- Mari la miró de arriba a abajo y frunció el ceño.

-Normal con ese aspecto- Calle se encogió de hombros, Mari se echó a reír- Tranquila, déjalo en mis manos.

Abi seguía sorprendida de la actitud que Poché había mostrado esos días sin Calle. Noche tras noche, fiesta tras fiesta, parecía que la chica no tenía para cuando acabar. Abi sabía que solo era una manera de ahogar sus penas, pues, cada noche, mientras todos bailaban y se la pasaban bien, Poché sólo se sentaba a beber en la barra mientras observaba a todos a su alrededor.

Aquella tarde, Abi no estaba dispuesta a seguir secundando a Poché en la vida autodestructiva que empezaba a llevar, así que se había propuesto hacer lo que fuera necesario para hacerla reaccionar.

How You Get The GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora