CAPÍTULO 17

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CAPÍTULO 17:
LILY


Era la hora del almuerzo y estaba acompañada de alguien, en un local cercano. No quería comer en la empresa y provocarme una indigestión como los últimos días.

—¿Entonces? —Vanessa llamó mi atención con impaciencia, sabía a lo qué se refería.

—No recuerdo nada, por más que lo intente. Lo último que recuerdo es haber subido a su automóvil. —respondí en tono bajo, como si se tratata de algún pecado.

—Pero despertaste en tu departamento, en tu cama y sin zapatos. —agregó, del mismo modo.

—Lo sé, pero no recuerdo absolutamente nada. —negué.

—Recuerdo que me dijiste, solo unas copas y fuiste tú quien cruzó la línea. —rió, recargando sus brazos en la mesa.

—Lo necesitaba, y lo demás no importa. Estoy completamente segura de que no sucedió nada, algo tan exagerado lo recordaría. —mi amiga me miró con picardía. —Estoy segura de que me dejó en las puertas del edificio, subí como pude y me quité los zapatos, solo eso.

Antes de que pudiera decir algo le coloqué una rebanada de pan en la boca.

—Solo hay una solución... —mencionó despues de un momento.  La miré, esperando que continuara. —Preguntale. —me guiñó un ojo.

—¿Estás loca? Creo que le estás dando demasiada importancia al asunto. —miré la hora. —Debo regresar, intenta controlarte. Mira, viniste hasta aquí solo por un chisme. —la señalé.

—Solo me preocupo por ti. No descansaste bien los últimos dos días, te doy mi apoyo. —sonrió.

—Ya me voy, deberías hacer lo mismo. No creo que estar sentada allí te lleve a Milán. —me burlé.

—¿Debías recordarlo? —cuestionó indignada.

Sin más la saludé a la distancia con la mano y regresé. Estando en mi oficina comencé recordar lo sucedido esa noche, intentando navegar más allá de lo que recordaba con lucidez, algo totalmente inútil.
A mi parecer era totalmente inútil pensar que pasó algo tan malo, como pasar la noche con él, de ser así las señales serían más que claras. Pero, también era cierto qué, de algún modo me sentía rara. Algo en mi mente me decía que había cometido un error.

Unos toques en la puerta dispersó mis pensamientos para darle permiso.

—Disculpe, se la requiere en la oficina principal. —me avisó la secretaria.

—Está bien.

Dejé todo allí para encaminarme en su dirección, entré sin tocar ya que era la oficina de mi padre y me encontré justamente con quien no quería.

—Me preguntaba cuando vendrías... —dejó unos documentos para mirarme. —para concluir lo que comenzamos.

Fruncí el ceño ante lo dicho, desviando la mirada y divagar por el lugar como así también mis recuerdos.

—¿De que demonios hablas? —cuestioné, molesta.

Se levantó del asiento para acercarse a mi, por instinto retrocedí unos pasos sin poder detenerlo.

—Del caso que te mencioné la última vez. —me mostró la documentación. —¿En qué pensabas?

Cerré los ojos con paciencia y a la vez regañándome por mi torpe reacción, sintiendo haber quedado como idiota.

—Nada, solo me confundes. Tengo mucho trabajo, había olvidado eso. —le di la espalda para tomar asiento.

—Si, definitivamente tienes mala memoria.

ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora