CAPÍTULO 60

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CAPÍTULO 60




Por dos  días estuve ocupada y no crucé a Ryan en ningún lado, tampoco me había buscado y esperaba que continuara así para que no me distrajera de mi trabajo. Sin embargo, justamente ese día lo encontré al llegar a mi lugar de trabajo y lo más sorprende era que estaba con mi padre.

—Buenos días. —saludé, dudosa por la situación.

—Buenos días princesa. Tendremos una reunión aquí, es mejor hasta que se aumente la seguridad en mi empresa. —habló mi padre y asentí comprendiendo, aunque hice una mueca.

—Estoy trabajando, no me llames así. —me molesté en tono bajo.

—Pero lo eres. —sonrió, y miré con disimulo a Ryan, quien sonreía levemente por la situación.

La reunión trataría algunos asuntos que no me concernía, solo estuve presente los primeros diez minutos para dar aviso del juicio, entre otras cosas y regresé a mi oficina para continuar con mi trabajo.

Tomé los documentos que debía analizar, y esos eran de los abogados de Walker, intentando encontrar alguna falla en sus certificaciones y permisos. Si conseguía encontrar algo, sería una gran ventaja.

—¿Era tan difícil? —cuestioné, molesta conmigo misma al no poder llegar a una solución. —En mi mente parecía demasiado fácil. —suspiré pensativa

Quedé en esa posición, con algo de frustración y estrés, hasta que alguien tocó la puerta de mi oficina.

—Adelante. —dí permiso sin mirar de quién se trataba. —Dime.

—¿Tienes un minuto?

Entonces lo miré, estaba del otro lado del escritorio, observándome con su característica expresión arrogante.

—¿Que quieres? Tengo mucho trabajo. —dejé el bolígrafo, liberando un suspiro.

—¿Por qué siempre tienes las persianas del pasillo cerradas?  —señaló.

—Me gusta trabajar así, si viniste para eso, ya puedes irte. —señalé la puerta, entonces sonrió para caminar hacia mi.

—¿Hay algo que quieras decirme? —susurró cerca de mi rostro, inclinándose hasta mi altura.

—No. —nuestras miradas se encontraron y me levanté. —Realmente tengo mucho trabajo, retírate, por favor.

En un momento rápido me tomó de la cintura para aprisionarme contra el escritorio y acercarse a mis labios.

—Dijiste que te buscara, y aquí estoy. Corrigelo. —su aliento refrescante golpeó mis mejillas, invitándome a caer en su encanto, pero no debía.

—No lo haré. —me negué con decisión.

—Vamos. —pidió, sentándome en el mueble para colocarse en medio. —Te gusto, dilo. —besó mi cuello con suavidad, erizando mi piel.

—No me gustas Ryan... —contuve un suspiro. —Comprende.

—Sé que no es verdad... —una de sus manos sostuvo mi cintura con firmeza mientras la otra subió con lentitud, pasado por mis pechos, desprendiéndo un par de botones hasta llegar a mi cuello. —Terminarás por decirlo.

—Te equivocas. —intenté empujarlo, claramente no funcionó y recibí una sonrisa de su parte. —Eres toxico, Ryan. Detente.

—No hasta que lo digas. —no respondí. —¿Estás segura? Dudo mucho que otro hombre te haga sentir así.

Besó mi cuello con sensualidad, mientras su mano dejó mi cintura para adentrarse rápidamente entre mi zona más sensible, su tacto se sintió deseoso y aunque quería detenerlo mi cuerpo no reaccionaba; todo lo contrario, me incliné hacia atrás buscando su proximidad, olvidando por completo el lugar donde nos encontrábamos.

ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora