ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]

CAPÍTULO 89

CAPÍTULO 89:
Recuerdos de Lily

Al finalizar el juicio en contra de Xavier y luego del primer encuentro con uno de los integrantes de la familia Dimarco estaba en mi oficina, donde alguien tocó la puerta.

—Adelante. —respondí.

—Buenos días abogada estrella. —mi jefe entró con una gran sonrisa y expedientes en mano.

—Buenos días, señor. —me levanté para tomar lo que traía y mirarlo a la espera de algo.

—Como sabes, tomarás el caso de la familia Dimarco, hay muchos rumores acerca de ellos, pero nos buscaron y quiero que hagas tu trabajo profesionalmente.

—No se preocupe, hasta ahora siempre trabajé profesionalmente. No importa lo que digan, haré mi trabajo e intentaré tener un buen resultado. —volví a mi asiento.

—No quiero que lo intentes, necesito que lo ganes a como dé lugar. Y ten cuidado.

Se fue dejándome confundida ante sus palabras.

—Hasta parece que tiene miedo. —bufé por lo bajo tomando la documentación del caso.

Aquel era sobre la muerte de un hombre a causa de ingesta de medicamentos de la farmacéutica ApexBio, una gran entidad que se dedicaba al desarrollo de los mismos. Desde mi punto de vista, jamás había visto nada extraño.

—La víctima es Francesco Martini, trabajaba para la farmacéutica y los involucrados... —suspiré cerrando el documento. —Siempre se me da mejor hablar personalmente, y ya que seré su representante.

Tomé mis cosas para salir rumbo a la dirección que marcaba y conduje unos cuarenta minutos hasta salir de la cuidad, llegando a una enorme casa rodeada por viñedos.

—Se nota que tienen mucho dinero. —estacioné para tocar el interlocutor del portón principal.

“¿Quien habla?”

—Buenos días, soy Lily Walker, la abogada que llevará el caso de Francesco Martini, ¿Puedo ver a alguien de la familia Dimarco?

“¿Tenía cita previa?”

—No, pero se supone que es un caso importante. —respondí con seriedad sin recibir respuesta.

Aquello parecía una broma en la cual parecían obligarme a que me retirara, pero como profesional debía mantener la postura.
Giré al escuchar el rugido de un automóvil y sorprenderme al ver un maravilloso Ferrari color marrón estacionarse al lado del mío e inevitablemente me avergoncé por la diferencia.

Del automóvil bajó el mismo hombre que había encontrado días atrás, vestía deportivo y casual con un peinado cotidiano donde su cabello relucía más, no era rubio sino castaño claro que lo hacía ver extremadamente bien.

—¿Abogada? —caminó hacia mí.

—Está en lo correcto y vine aquí para hablar sobre el caso que llevaré. Por un momento pensé que estaba equivocada, pero verlo aquí significa que no es así. —lo miré directamente y él me miró con seriedad.

—¿Nadie ha respondido? —miró el portón.

—Lo hicieron, pero solo preguntaron por una cita previa.

—Bien, adelante. —señaló al abriste el portón de manera automática.

Subió nuevamente a su automóvil e hice lo mismo para seguirlo por un largo sendero hasta llegar a la casa principal. No pude evitar observar la cantidad de guardias que había por todos lados y que parecían monitorear hasta el más mínimo movimiento.