CAPÍTULO 110

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CAPÍTULO 110


El evento y el lanzamiento se realizarían a horas de la tarde así que me encontraba sin preocupaciones, solo observaba el maravilloso vestido que mi amiga había traído para mí y que claramente también asistiría.

Salí de la habitación al escuchar el toque de la puerta y sonreí en cuanto vi a quien estaba del otro lado.

—¿Que se le ofrece? —pregunté, intentando mantener mi actitud de siempre, pero como respuesta me tomó de la cintura para acercarme y besarme con intensidad.

—¿De casualidad vió a mi prometida por aquí? Es un mujer muy hermosa. —habló después de unos segundos, aún sin soltarme.

—No, la única mujer hermosa que vive por aquí soy yo. —sonreí. —¿De casualidad se equivocó?

—No me digas eso con esa sonrisa. —volvió a besarme. —Estoy en abstinencia desde que regresamos.

—¿Y es mi culpa? —lo detuve.

—No, pero estuve ocupado con muchas cosas y no pude verte en persona. Lo admito es mi culpa,  pero no me tortures. —comenzó a besarme en el cuello, con lentitud.

—Estuve pensando y... —volvió a mirarme. —¿Por qué no nos reservamos hasta que estemos casados? —no pude contener la risa por su expresión.

—¿Que?

—Solo bromeo, no puede ser. —palmee su hombro. —Ni yo me creo.

—Eres traviesa. —susurró muy cerca de mis labios.

—No lo soy. —intenté alejarme. —solo soy una mujer normal que habla desde una perspectiva razonable.

—No, eres traviesa. —repitió, bajando una mano desde mi espalda hasta el glúteo donde presionó y me incitó a que lo abrazara.

—Ryan... —enredé mis dedos en su cabello y sonrió con satisfacción al levantarme y que hiciera los mismo con las piernas a su cintura.

—¿Lista para compensar estos días? —cuestionó en su tono jodidamente sensual mientras se dirigía a la habitación.

—No a tal grado, recuerda que hoy es el lanzamiento y necesito energías. —me depósito en la cama.

—Bien, entonces seré piadoso, solo por hoy. —tomó mi mano para besarla con suavidad, subiendo por el brazo hasta llegar a mi cuello, erizandome la piel. —¿Estás de acuerdo?

—Completamente. —respondí en un susurro, desabotonando su camisa.

El momento fue gratificante como siempre y sin que nos dieramos cuenta la hora se acercaba y debía prepararme.

—Dijiste que serías piadoso. —me levanté, observando que solo tenía una hora para prepararme. —Debo tomar una ducha, mi padre vendrá a buscarme.

—Lo sé. —sonrió sin preocupaciones desde la cama.

Miré el anillo y me lo quité, dejándolo en la mesa para tomar la ducha, pero antes de entrar me detuvo para besarme.

—Tambien me iré o llegaré tarde. —sonrió por mi expresión. —Nos vemos más tarde.

—Nos vemos. —cerré la puerta del baño y tomé una ducha.

Al terminar salí, me peiné, me cambié y me maquillé para la ocasión.

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ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora