CAPÍTULO 42

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CAPÍTULO 42


Me alistaba luego de confirmar que iría a su casa, pero solo por un par de horas esperando poder coincidir con mi amiga. Con la cual aún tenía asuntos de qué hablar.

—Bien. —tomé mi móvil caminado hacia la puerta, cuando la tocaron antes de abrirla.

—¡Sorpresa!

—¿Vanessa? —por un momento quedé confundida ante su aparición.

—¿Realmente te sorprendí? —sonrió.

—Si, lo hiciste. —divagué con la mirada. —¿Que haces aquí?

—Dijiste que quedaríamos para el fin de semana.

—Si, y justamente te llamaría luego porque ahora mismo tengo asuntos que atender. —me froté el cuello.

—Hmmm, puedo imaginar que clase de asuntos. —me codeó levemente y sonreí.

—Definitivamente no. —negué. —Lo lamento, ¿Podrás en un par de horas?

—Claro que si, hoy soy totalmente tuya. —sonrió con amplitud

—Eso fue extraño. —reí abriendo nuevamente la puerta.

—Es lo que hay, pero no te preocupes por mi. No lo hagas esperar. —me abrazó.

—¿Esperar a quien?

—Mamá.

—Olivia. —hablamos al mismo tiempo por la sorpresa.

—¿Por qué la sorpresa? Vine a visitar a mi hija. —me abrazó haciéndome sentir extraña ya qué desde la última vez no habíamos hablado. —Hola Vanessa. —también la abrazó.

—¿Como está? —sonrió, mirándome con disimulo.

—En el elevador venían dos mujeres que hablaban de un escándalo hace un par de días. —comentó en tono bajo.

—¿Que clase de escándalo? —prrguntó de inmediato, la menos chismosa.

—Según dijeron, una pareja estaba en este edificio y llegó su esposa. En situaciones como estas me pregunto qué clase de desvergonzada se atreve a salir con un hombre casado.

—Estoy totalmente de acuerdo. —respondió mi amiga y fruncí el ceño.

—Desde mi punto de vista la única desvergonzada es la que causó el escándalo. —respondí por impulso.

—¿La viste? —preguntaron al mismo tiempo.

—No, pero lo escuché todo. Con los gritos de esa mujer se escuchó en todo el edificio. —desvié la mirada.

—Y con mucha razón. Afortunadamente jamás pasé por algo parecido, pero no reaccionaría diferente... —continuó mi madre.

—Mamá. —la detuve. —¿Que te trae por aquí? Lamento decirte que voy de salida.

—Lo siento. —sonrió. —Con tu padre queremos almorzar en familia, en tu restaurante favorito. No nos rechaces.

—Tengo el día ocupado. —respondí con seriedad.

—Por favor, nos debemos una plática.

Suspiré, dispuesta a rechazarla, pero fue Vanessa quien habló.

—Todos tenemos asuntos pendientes. —mi madre la miró. —Por eso irá. Nosotras nos podemos reunir en la noche. —me sonrió levemente.

—Si, está bien. —acepté sin ganas.

ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora