CAPÍTULO 37

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CAPÍTULO 37

Habíamos bebido demasiado y mi amiga dormía a mi lado emanando el alcohol de la bebida cada vez que respiraba. El reloj marcaba las 11 a.m y lo primero que hice fue tomar una ducha fría para aplacar la resaca que comenzaba a pesar.
Salí de la habitación tomando el móvil y así cocinar algo que sirviera para el malestar, mientras realizaba una llamada inconsciente.

“Hola”

Escuché su voz del otro lado, deteniendo mi accionar.

—Hola. —aclaré mi garganta. —yo...

“¿Quieres disculparte?”

—¿Debería disculparme? —me confundí.

“Por echarme de ese modo ayer.”

—No estás en ningún tipo de posición para reclamar nada... —me molesté, controlando el tono de mi voz.

“¿Quién está contigo?”

Seguramente lo había notado.

—Vanessa, ¿Quién más? Se quedó a dormir. —apagué la cocina.

“Que envidia.”

Lo escuché murmurar, alejando el móvil.

—¿Envidia? ¿Quieres beber hasta perder la razón? —sonreí por inercia.

“No, me refería a dormir... Contigo”

En ese momento quedé en silencio, y noté que no estábamos teniendo ningún tipo de plática profesional y me planteé colgar la llamada, pero su pregunta me detuvo.

“¿Realmente renunciarás?”

—No olvides que ya lo hice, cariño. —aquello lo dije en un particular tono arrogante, qué quizá no sonó como quería y pude escuchar la misma palabra dos veces y al mismo tiempo.

—¿Cariño?

“¿Cariño?”

—No, no es ese tipo de cariño. —intenté explicar mirando a mi amiga que se encontraba con una sonrisa inquisitiva.

“Ryan, vamos...”

Escuché la voz femenina del otro lado y solo podía ser una mujer, sin ánimos de explicar o responder, colgué con molestia.

—Aún con dolor de cabeza pude escucharlo claramente... —se frotó la cabeza mientras reía. —Es tu cariño, ¿Cuanto tiempo llevan juntos?

—No estamos juntos. —dejé el móvil para girar y buscar los platos.

—¡Ya lo sé! Debe ser un italiano, ¿Vino contigo?

—No. —respondí, con tranquilidad.

—Pero...

—Solo dije “cariño” como acto automático, como suelo decírtelo. No es porque realmente sea mi cariño o sienta afecto por esta persona, en realidad quise sonar arrogante, pero no salió como lo quería. —fruncí el ceño hasta que me abrazó.

—Creeré en tus mentiras hasta que decidas hablar del tema. —habló con sutileza, cosa que me molestaba y mucho.

—Mejor ve a quitar ese alcohol que tienes. —la dirigí al baño. —Y lávate los dientes.

—¡Si mamá! —gritó desde la habitación.

Inevitablemente me senté a meditar por mi propia actitud al escuchar a Ashley del otro lado de la llamada, era consciente de que era lógico por ser pareja y madre del hijo que tenía en común con Ryan. Esas cosas no debían molestarme en lo más mínimo, pero sentí una pesadez en mi interior hasta que llevé una mano a mi pecho.

ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora