ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]

CAPÍTULO 107

CAPÍTULO 107:
NARRADOR OMNISCIENTE.

Lily despertó con pesadez, abrió los ojos lentamente liberando un suspiro mientras levantaba una mano para observar el anillo en su dedo y sonrió. Estiró los brazos para después sentarse e intentar levantarse, pero una mano en su vientre la detuvo.

—¿Estás despierto? —susurró para quien estaba a su lado.

—Buenos días. —sonrió abriendo los ojos.

—Buenos días. —respondió del mismo modo para besar su mejilla. —¿Regresamos hoy?

—Creí que querrías quedarte un poco más. —tambié se sentó para mirarla.

—Si estaba sola si, pero creo que debemos regresar. No he respondido las llamadas de nadie, supongo que estarán preocupados. —suspiró. —Tambien creo que este no es un buen lugar para vacacionar.

—¿Lo dices por tu amigo mafioso? —sonrió levemente, pero Lily notó su molestia.

—No lo digas así, se llama Lucio y ahora que lo recuerdo. —frunció el ceño para tomar el móvil y ver la hora, casi era mediodía y decidió llamarlo.

“¿Diga?”

—Hola... —dudó un momento. —Lo lamento, sé que pediste que te llamara, pero estoy bien. Creo que todo se arregló.

“Eso es suficiente para mí.”

Se escuchó el suspiro aliviado del otro lado.

—Tu lo llamaste... —bajó el tono de voz, mirando con disimulo a su acompañante.

“Lo hice, ya no podía verte en ese estado.”

—Gracias.

“No es nada, de hecho iba a llamarte. ¿Por qué no vienen a almorzar con nosotros? Hablaremos de algo importante.”

—¿Seguro?

“Si, después de todo tu vida cambiará a partir de ahora. Los estaremos esperando.”

Colgó sin darle tiempo de decir algo. Lily miró a Ryan que parecía interesado en la plática y la chica suspiró.

—Vamos a tomar una ducha, Lucio nos invitó a almorzar y quiere hablar de algo importante. —se levantó envuelta en las sábanas y Ryan sonrió con picardía. —¿Que?

—¿Me acabas de invitar a tomar una ducha contigo? Acepto. —también se levantó.

—No, solo fue algo generalizado. No... —se resignó al ver que su prometido no se detendría. —Eres un aprovechado.

—Aprovechado o no, igualmente me amas, cariño. —la tomó de la mano para llevarla con él y cerrar la puerta del baño.

Se tardaron un poco y al salir, Lily se molestó al ver la hora.

—Maldito Ryan, mira la hora que es. Nunca soy impuntual. —se cambió con rapidez, esperando que él hiciera lo mismo, pero solo se había quedado observándola. —¿No te bastó desde anoche?

—Sinceramente no. —rió tomando su ropa y la chica tomó las llaves.

Ella condujo, conociendo el camino hacia el viñedo que rodeaba la gran casa de los Dimarco y al llegar a la entrada, el portón se abrió automáticamente para que pasaran.

—Gran seguridad. —mencionó Ryan, observando al pasar.

—¿Esperabas menos de la mafia? —preguntó ella con una leve sonrisa.