CAPÍTULO 47

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CAPÍTULO 47

Estuve impaciente desde que había despertado, desde muy temprano me había invadido la ansiedad por saber los resultados de aquella prueba. Aquello me provocaba un revoltijo en el estómago que me impedía desayunar, solo esperaba que el reloj marcara la hora correspondiente para la cita médica.
Mi actitud no fue diferente mientras esperaba mi turno, moviendo mi pierna sin descanso.

—Pasa. —me miró luego de que otra paciente se fuera. —Por tu expresión diría que estás nerviosa e impaciente. —sonrió, rebuscando entre muchos análisis.

—Lamentablemente lo estoy. —suspiré.

—Bien, llegó la hora de la verdad. —tomó un sobre. —¿Quieres verlo primero?

Negué de inmediato dando a entender de que se hiciera cargo.

—Bien, aquí voy. —lo abrió y quedó leyendo un momento.

—¿Entonces? —esperé a que dijera algo.

—¿Pensaste en un cambio drástico en tu vida? —me miró y quedé en shock, imaginando el resultado. —Quien lo diría, desde ahora deberás cuidarte mucho.

—Imposible. —llevé una mano a mis labios hasta que rió.

—Lo siento, sé que debo ser profesional, pero no podía dejarlo pasar. —se contuvo. —No estás embarazada, relájate.

—Maldición, estaba apunto de lanzarme por esa ventana. —señalé.

—Estamos en el primer piso, solo habrías salido fuera. —sonrió. —Hablando en serio, no estás embarazada, pero tus defensas están muy bajas ¿Estuviste trabajando mucho últimamente?

—Hmmm, demasiado. —confirmé.

—¿Fuiste a algún lugar que pudo afectarte de ese modo? Sé que sientes ciertas limitaciones.

—Tuve que visitar a un empleado que había sufrido un accidente, estaba en el hospital.

—¿Fuiste sola? —asentí, confirmando. —¿Algo más?

—La primera vez me topé con alguien que llegaba herido...

—Eso lo explica, todos tus síntomas se alinearon con el estrés, exceso de trabajo y concurrir a un lugar que por naturaleza detestas. Incluso tu periodo fue consecuencia de ello, ¿Pensaste en retomar la rutina de recuperación?

—No, todo lo que se podía hacer se hizo. Lo demás depende de mí, creo que por eso estuve lejos tanto tiempo, en Italia no veía estas cosas y al estar con un Bufete tan importante estas cuestiones se delegaban a otras personas.

—En otras palabras, no te ensuciabas las manos. —asentí. —Está bien, ahora mismo lo que haremos será un plan alimenticio para que recupes las defensas, algunas vitaminas y lo fundamental será descansar bien, evitando todo estrés. Quizá debas dejar el trabajo por unos días.

—No puedes hablar en serio, ¿Sabes quién es mi jefe actual? —negó, enarcando una ceja. —Estoy trabajando para Rogers Empire.

—¿Bromeas?

Y a pesar de ser una consulta médica, le comenté la situación, de todos modos no tenía más pacientes. De ese modo, pude comenzar mi recuperación progresiva al malestar que sentía. Para mí fortuna aquel día era viernes y podía tomarme el fin de semana.

Ryan Rogers: ¿Puedo visitarte hoy?

Era sábado y terminaba de almorzar, un buen camino era tener mis comidas a horario.

Yo: ¿Cuando pediste permiso?

Ryan Rogers: Desde hoy lo haré,  ¿Puedo?

Yo: En caso de buscar algo en especial te anticipo que no sucederá nada.

ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora