CAPÍTULO 109

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CAPÍTULO 109



Al día siguiente desperté temprano, con ayuda del despertador, y era la primera vez que me sucedía quizás era por la tranquilidad que tenía. Sin embargo, aún tenía algo que hacer.

Tomé una ducha tarareando alguna canción italiana y sonreí porque debía olvidar todas las costumbres que había adquirido en aquel país. Al salir me cambié y salí rumbo a Rogers Empire, solo esperaba que me pudieran recibir y sin que lo notara comencé a sentirme nerviosa.

—No te debilites, maldición. —murmuré para mí misma, con la intención de darme ánimos, pero no funcionaba y fue peor cuando toqué la puerta de una oficina.

—Adelante. —escuché del otro lado y respiré profundo.

Abrí la puerta con lentitud hasta dejarme ver y el señor Rogers dejó lo que estaba haciendo para mirarme.

—Adelante. —su expresión era seria e indiferente, casi igual a la de su hijo, pero el mayor le ganaba y por mucho.

Cerré la puerta con cierto temor y vi que señaló la silla para que tomara asiento.

—¿Que la trae por aquí, abogada Walker?

¡¿Me llamó abogada Walker y con tanta frialdad?!”. Mi mente gritó aquello que no podía exteriorizar e hice una mueca, quedando en silencio, él jamás había sido así de frío. Siempre me trató como una sobrina con mucho cariño.

—Lo siento. —no podía articular otra palabra, así que solo opté por disculparme.

—¿Lo sientes? Te fuiste por más de diez días, ¿Que esperabas? —cerró la carpeta que tenía, con fuerza provocándome un buen susto. —Supongo que estás aquí para limpiar la oficina.

—Solo vine a disculparme con usted por los inconvenientes ocasionados. —me froté las manos para adquirir mi postura habitual y con seriedad, continué. —Asumo que me está despidiendo, así que limpiaré la oficina de inmediato. —me levanté del mismo modo, pero por dentro gritaba “¡Tío Tom está enfadado conmigo!”

Al girar lo escuché reír, algo que parecía haberse contenido por un buen rato.

—Lo siento. —volví a mirarlo y se levantó de su asiento para acercarse a mí. —No te estoy despidiendo Lily, sé que este fin de semana tú padre te nombrará como sucesora y lo más lógico es que regreses a su empresa. Aunque me hubiese gustado tenerte más tiempo aquí, más de una vez nos sacaste de un apuro. —me sonrió con amplitud.

—¿Y esa actitud? —me confundí. —¿No está enfadado conmigo?

—¿Debería estarlo? —frunció el ceño, con evidente diversión por la situación.

—Debería estarlo. —confirmé.

—¿Por qué?

—¿Se burla de mí? —él negó, pero continuaba con una sonrisa dibujada. —Por haber lastimado a su hijo.

—Eso... —rió. —Bueno, no esperaba que hicieras eso, y ocultaron muy bien el error, trabajando en equipo. Sin embargo, no hiciste más de lo que se merecía por lo que te hizo. Mira, los hombres somos muy idiotas cuando estamos enamorados y lo peor es que somos idiotas sin remedios con la mujer que amamos específicamente.

—Entonces, ¿Realmente no está molesto?

—¿Lo perdonaste?

—Si.

—¿Él te perdonó?

—Si.

—Es suficiente, hasta ahora no te había importado la opinión de los demás, ¿Por qué debería de hacerlo ahora? —colocó una mano en mi cabeza, como si fuera una niña. —Ademas, si estarán juntos a partir de ahora, soy fiel creyente en que será mejor el resultado del trabajo cuando se trabaja juntos.

ENTRE TUS BRAZOS |+18| [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora