La Mejor Actuación | Ineffable Husbands

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— No confundas las cosas, ya tuvimos esta conversación, no regresemos a eso, estoy muy enfadado ahora, no me hagas enfadar más, niño. —

— Es que... yo... es que no me gusta verte así de estresado. —

— David, por favor, en este momento estamos fuera de personaje, y no estamos practicando nada, ya te advertí sobre ese tipo de ofrecimientos estúpidos. —

— Puedo ayudarle, en verdad... —

— Te lo voy a repetir una última vez... —

— Solo cierre los ojos e imagine que soy una mujer. —

— ¿Qué dices? —

Tragué saliva, asustado, pero no me rendí.

— Trabajamos juntos, eso está claro, usted no siente nada real por mí y yo tampoco. — vaya mentira — pero si cierra los ojos y me deja ayudarlo, a sentirse mejor y me imagina como una mujer, sé que lo ayudaré a relajarse. —

Resoplo frustrado, me miró intentando verse enfadado, pero su expresión no estaba como antes.

— Así que ¿Como mujer eh...? —

Si aceptaba era porque le gustaba.

Si aceptaba era porque le gustaba yo...

— Ven... — caminó a su habitación y lo seguí, se desabrochaba el pantalón mientras yo lo miraba sintiéndome muy nervioso.

Se desnudó y me paralicé, sintiendo que todo había pasado increíblemente rápido, se sentó en la cama, recostando su espalda en la cabecera, y comenzó a mirarme, y tocándose, cerró los ojos.

— Hazlo. —

Me acerqué y retiro su mano, lo toqué, estaba muy caliente, y me comenzaba a sentir muy excitado, acerqué mi lengua y comencé a pasearla por su miembro, él tenía los ojos cerrados con la cabeza inclinada hacia atrás, pero yo quería que me mirara. A mí.

Que no imaginara a nadie más, que me viera a mí.

Comencé a remojarlo con saliva y abrí la boca despacio, intentando meterlo entre mis labios sin sentir arcadas, era inevitable, pero él no decía nada. Deje mis labios deslizarse por el largo de su miembro hasta donde agunantaba llegar mientras lo observaba de rato en rato, seguía con los ojos cerrados, abrí más la boca, subiendo y bajando, intentando la parte difícil, de tragármelo por completo, pero no lo conseguía.

Comenzaba a sentir mis mejillas calientes, trataba de respirar mientras lo tenía en mi boca subiendo y bajando, saboreándolo y muriendo de deseo de que estuviera dentro de mí, de que me lo metiera, lo deseaba mucho. Intenté tragármelo una vez más, pero no lo conseguía.

De pronto sentí su mano sostenerme del cabello, al verlo sus ojos seguían cerrados, me hizo tragarlo y sujetándome con fuerza, me hacía tragarlo una y otra vez, me sentía excitado, no sabía quién lo estaba disfrutando más, pero, a mi parecer era yo.

Él simplemente estaba imaginando a una mujer comiendo su miembro.

Me alejé despacio para respirar, me sentía asfixiado, tome aire y me toqué el rostro sintiendo mis mejillas ardiendo.

— Sigue... David... sigue... —

Mi nombre.

Dijo... mi nombre.

No el de ninguna mujer.

Él había dicho, mi nombre.

Eso me hizo conseguir el impulso necesario para tragármelo y dejar su miembro, pasear por mi garganta una y otra vez, me sentía hambriento de él, y había dicho mi nombre, MI NOMBRE. No podía creerlo, ya no podía seguir aparentando, le gustaba yo, no estábamos actuando, y juraba por mi vida que él no estaba imaginando nada, le gustaba yo.