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Asustado y con la sensación de resaca caminé a la puerta, Will me siguió a pasos apresurados, nervioso, se veía realmente inquieto, antes de poder abrir, vi que mi teléfono estaba en su mano.

Y me sentí muy enfadado de haberlo notado, me sentí mucho más que eso, traicionado.

Y para ese punto ya estaba cansado de que todo el mundo hiciera lo que quisieran conmigo y me llené de ira.


David escúchame...

No ¡Cállate! ¿Qué hiciste Will? Dime ¡Qué carajo hiciste!


Sus ojos se llenaron de lágrimas y mi mano apretaba fuertemente la perilla de la puerta con miedo a abrir, lleno de ira.

Al abrir me quedé congelado en el tiempo.

No quería que llegara ese momento.

Sentí el enojo recorrer mi cuerpo de los pies a la cabeza, era mucha furia, y no quería sentirla, realmente no quería pero mi cuerpo estaba harto y cansado de que no pudiera tener un poco de paz, y que pasaran tantas cosas tan rápido, ni siquiera había pensado como tocar el tema con ellos, mucho menos con él.

Estaba furioso con Will, mi rostro me dolía de la expresión de enojo que tenía.


¿Ustedes....? ¿Ustedes? ¡Le llamaron!


Michael me miraba, asustado.

Y preocupado.


Creí que... creímos que... tenías que hablar con él... Cuando.... Cuando nos dijiste eso... yo... recordé lo que me dijiste, de tus sentimientos hacia él... y ... Sé que puede ayudarte, ya no es tu jefe, pero puede hacerlo y...

¡Will es que no sabes nada! ¡No sabes toda la historia! ¿Por qué me haces esto!?— le quité mi teléfono de las manos y lo lancé al sillón, comenzaba a respirar muy intensamente y me dolía el pecho, lleve mis manos a mi cabeza dando vueltas en el pequeño espacio sintiéndome desesperado.

David... ven... cálmate... — me dijo Michael acercándose a mi, intenté alejarme pero me detuvo rodeándome con sus brazos repentinamente y muy fuerte, impidiendo que me pudiera escapar de él.


Me comencé a hiperventilar aún más, pero no podía alejarlo, y no lo detuve, simplemente lloré en sus brazos sintiendo el olor de su perfume.

Will tomó la mano de Simón, y con el rostro lleno de lágrimas se fueron de la casa.

Mientras yo trataba de asimilar el problema que tenía que afrontar en ese momento.

Mi cuerpo temblaba de miedo en los brazos del único hombre que había sido todo para mi hasta ese momento.

Tantos problemas, y todo de pronto, así de la nada, sin parar, un momento tras otro, una crisis tras otra.


¿Por qué demonios tuvieron que llamarle? ¿Por qué?


David... tu amigo me llamo... desesperado. Te suplico que me digas que pasó...

¿Qué fue lo que te dijeron? — me separé un poco del abrazo, nervioso, pero él no me soltaba, estábamos tan cerca, y yo tan aterrado.

La Mejor Actuación | Ineffable HusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora