La Mejor Actuación | Ineffable Husbands

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Intentó hablar, pero no lo logró porque me abalancé sobre él, ya nada más me importaba.

Ya lo tenía todo en ese momento.

Lo abracé con todas mis fuerzas, temblando, emocionado y atemorizado al mismo tiempo, él vestía un traje negro muy elegante y se veía increíblemente atractivo, nunca antes se había visto mejor, y yo me sentía tan feliz de verlo que solo quería rodearlo con mis brazos.

Era él.

Despues de un año.

Sus ojos, su nariz, él.

Y aunque también me sentía confundido porque me había dicho en la carta que no podría verme aún, no lo soltaba y él me abrazaba también, el refugio era un lugar donde había estado a salvo y protegido, pero en sus brazos, en ese momento, se sintió como el lugar más seguro en todo el mundo.

— ¡Me mentiste! ¡Dios! ¡Te extrañé! ¡No puedo creerlo! ¡Eres tú! ¡Ha pasado tanto tiempo! ¡No sabes cuanto... te extrañe! ¡No tienes idea! ¡Me sentí tan tonto...! ¡Ese día que nos despedimos no pude decirte...!— me detuve cuando hundió mi rostro en otro fuerte abrazo, yo quería decir tantas cosas al mismo tiempo y no sabía por donde comenzar.

Comencé a llorar de felicidad.

— ¿Estás a salvo Michael? Dime que estás a salvo, no puedo creer que estés aquí, ¡No puede ser! — no me soltaba, y yo no iba a separarme de él, ya no quería que eso volviera a suceder nunca, simplemente no quería alejarme nunca más de él. Todo había sucedido de pronto, tan inesperado, no podía creerlo, que lo tenía tan cerca, rodeándome con sus brazos, era real.

— Quería que fuera sorpresa — secó mi lágrima con su pulgar, regresándome al pasado, a todas las veces que había hecho eso antes, lo mire a los ojos tratando de contener mi emoción, estaba nervioso, estaba feliz, nunca había estado tan feliz en toda mi vida como en ese momento.

Me calmó todas y cada una de las sensaciones que guardaba mi cuerpo, de cada una de noches de angustia que había afrontado en el refugio, pensando en él, con mucho miedo, atemorizado de perderlo.

Will y Simón lo sabían, me miraban, felices, los abracé de nuevo y se fueron luego de varios minutos para dejarnos solos. Ellos estaban increíblemente felices de mi reencuentro con Michael, era parte de su sorpresa que ellos estuvieran allí, y mi mundo estaba en calma porque eran las tres personas que más me importaban en la vida. Y todos estábamos sanos y salvos.

— Te extrañé... Tanto...— le dije en un llanto muy torpe en el que no podía dejar de sonreír y al mismo tiempo casi no lograba respirar.

— Ahora estás a salvo, y nadie va a hacerte daño...—

Caminamos un poco por la avenida, el chofer nos esperaba, me conmoví mucho al saludarlo porque él también estaba feliz de verme luego de tanto tiempo. Nos llevó a un centro comercial, donde caminábamos juntos, como si de una cita se tratara, algunas personas lo reconocían y se quedaban viéndolo, pero nada le importaba, él solo me miraba a mí, mientras nuestras manos separadas se estaban rozando con miedo a juntarse

Se detuvo de pronto y de pie frente a mí me miró sonriéndome, me dio un beso en la frente, cerré los ojos, al abrirlos de nuevo me sentía en un sueño, estaba tan hermoso, tan atractivo en ese traje, me ponía nervioso.

— ¡Demonios! No te lo he dicho, pero estás muy atractivo.— dije.

Pude sentir que se puso nervioso al oír eso.