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Su cabello castaño sedoso floro con el  movimiento al bajar las escaleras, el contoneo movió las delicadas ondas. La ropa apegada al cuerpo acentúa cada curva, la cintura y las piernas esbeltas, largas y delicadas. Los anteojos de montura fina le dejaban ver como un chico muy frágil pero su expresión dice todo lo contrario.

El mayordomo del duque miró al chico hacia arriba esta era la primera vez que se conocian, sin embargo, para Oliver era diferente la historia, el duque se dio la vuelta y también lo vio.

¿Tanto tiempo había pasado? Este hombre frente a él no era aquel niño de 14 años, pero sus piernas flaquearon cuando lo vio.

"eres un alfa Oliver, controlate" paso saliva. "eres un alfa, y el duque más rico del país."

—me dijeron que me estaban buscando. —Keith se cruzó de brazos antes de llegar al final de la escalera. Detrás de él, el hijo del emperador veía con interés a los invitados.

—Oliver, es un placer verte. —dijo otis mostrando todos sus dientes. —¿qué los trae a nuestra casa?

—nuestra casa...—oliver repitió y se enderezó y vio a los dos. Sentía nuevamente ese dulce aroma. —¿viven juntos?

Otis vio a Oliver, más no podía ver la expresión de Keith. Bajo los escalones y como era de esperarse, en una muestra de respeto ambos invitados, no tan invitados, bajaron la cabeza. Otis sacudió su mano para que dejaran de hacerlo.

—intentamos contactarnos con Keith bennet, sin embargo rechazó nuestra solicitud.

Hablo el mayordomo ya que su contratante no reaccionaba.

Keith lo observó fijamente, soltó un suspiro algo cansado y miró a Arianna.

—¿puedes preparar algo de té y café para nosotros? Estaremos en la sala

—claro Keith, en un instante.

—yo quiero cafe—dijo otis —además tengo que salir así que habla a Luis para que tenga listo el auto en una hora.

—por supuesto

Los invitados se contrajeron por la forma descortés del servicio pero casa ajena, costumbres ajenas.

—no me marchare sin una respuesta. —dijo Oliver en un arranque de malestar.

—Es solo una cortesía, no he dicho nada sobre el trabajo.

Keith arrugó sus cejas y camino, termino de bajar las escaleras y guió el camino de los demás tomando parte al lado del mayordomo.

—¿por qué está buscando trabajo como tutor?

—nunca aplique como tutor, mi información solo estaba en el sistema del profesorado.

—perdón, tiene razón. Sin embargo, viviendo en la residencia del hijo del emperador...

—Es la residencia donde vivo desde que entre a la universidad, por eso me estoy mudando para estar cerca de mi familia.

—seguro fue por eso que su solicitud estaba entre los posibles interesados, su currículo es excelente.

El mayordomo fue tratado con amabilidad y respeto, cuando llegaron a la sala, otis y Oliver salieron por un momento a hablar, el mayordomo fue quien se quedó para esperar.

—¿hace cuanto se conocen? —preguntó otis. Salió por la puerta hacia el balcón, Oliver quien era unos años mayor que otis, aflojó un poco el cuello de su ropa. El es más grande, también es la cabeza de su familia ahora.

—Lo conocí en elrich, cuando el ingreso hace 7 años.

Oliver ya estaba bastante intrigado, no sentía nada en especial por Keith ahora, solo malas memorias y un poco de rencor. Quizás por eso sentía la necesidad de tenerlo como tutor. Algún anhelo de venganza muy oculto en su cuerpo y mente, le gustaba sentir que podía tener control de algo o alguien que cuando no tenía demasiado poder, le daría la satisfacción de controlar ahora.

Le vio a través del cristal de la ventana, el omega hablaba con la mujer llamada Arianna y reía. Frágil y sutil, con movimientos delicados y sofisticados. Tan distinto a cuando era un niño que saltaba por todos lados, lleno de energía.

¿Por qué ahora su sonrisa le parece una suave brisa?

"claro, después del acoso no sonrió para él otra vez"

—si tienes alguna mala intención desiste ahora. —dijo otis borrando de su rostro aquella sonrisa infantil que suele mantener cerca de Keith. —Keith es una de las personas más importantes para mi familia y para mi, también para su familia es el niño más preciado, olvida cualquier mala intención.

Oliver oscureció sus ojos cuando bajo la mirada, esas palabras le quedaron en la garganta unos segundos.

—sabes sobre el atentado a mis padres y tía, mis hermanos quedaron desprotegidos y no puedo enviarlos a una escuela fuera de casa por ahora, no sabemos aún quienes hicieron todo esto así que necesito alguien de confianza y con las credenciales adecuadas, de todos él cumple con los requisitos y también sé que no es algún tipo que se vaya a involucrar con la política...

—pero no parecen cercanos, como es que no escuche de ti en siete años y ahora si no es él no quieres a alguien más, me sorprende, viniste del otro lado del país a buscar a un tutor que te rechazó.

—¿por qué tan interesado otis?

—porque es mi futura pareja —dijo con decisión—si no es él no puede ser nadie más y ni pensar en dejar que alguien con dobles intenciones se acerque a él.

—tú pareja se está mudando —dijo divertido y burlesco Oliver.

—se está mudando antes, tengo asuntos que cerrar antes de irme con él y así como tu vienes y vas, yo puedo ir y venir.

—Es un beta, crees que tu padre dejara que se integre a la familia, ni siquiera te puede dar hijos.

—eso es asunto mio, mi padre fue el más interesado en integrarlo a la familia. No deberías hablarme con tal incensatez, muestra el respeto necesario tanto para él como para mi, no quiero formar cadenas a su alrededor así que si decide trabajar para ti es su decisión pero no tiene ninguna obligación de hacerlo.

—tampoco olvides mi posición.

—y no olvides que por más títulos que tengamos, seguimos siendo servidores de un pueblo, la gente sigue teniendo la libertad de elegir la clase de vida que quiere vivir, por ende, que trabajos desea hacer y para quienes.

Sin volver la mirada, otis entro a la sala dejando atrás a Oliver, el alfa miró los grandes bosques que rodeaban esa pequeña mansión y las edificaciones qué habían del otro lado, dejó salir el aire pensando en como debió abordar mejor la situación.

El omega del duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora