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Oliver se levantó, el tutor tenía las piernas abiertas a los costados de las suyas, trago saliva y el alfa lo noto.

Keith contuvo la respiración, aquel  cuerpo mucho más grande que el suyo lo hizo enmudecer y también babear aunque no se permitió demostrarlo, ni la embriaguez lo haría ser tan descarado.

—¿te gusta tanto verme? Puedes tocar también, es todo tuyo.

El dijo esto pero la reacción fue inesperadamente dulce. Keith lo vio con nerviosismo, sus dedos se acercaron a sus pectorales y musito.

—¿mio? ¿Puedo tocarlo porque es mio?

Sus ojos se entrecerraron, lo vio con algo de duda y de nuevo esa culpa porque el omega parecía ebrio y lo estaba, no quiere atacar a Keith borracho, lo quiere amandolo.

Pero sus dedos. La yema de los dedos de Keith con un tacto algo frío a pesar de que sentía como ardía en deseo. Apretó los ojos para intentar calmarse, pero ahora no fueron sus dedos, su aliento choco contra su piel. Un beso suave en medio del pecho llego y el lo miró desde la posición más alta.

Oliver pudo sentirlo entrando en su ropa interior, con delicadeza tocando algo que ya llevaba despierto hace mucho, a punto de explotar.

Oliver se agachó obligando al otro a quedar tendido en la cama, acarició su rostro con mucha suavidad, acuno su rostro en la mano. Esos ojos preciosos brillaban demasiado, cada centímetro del rostro de Keith es preciso, hermoso y, perfecto.

—mirame bien, ¿sabes quien soy?

Keith agarró su mano, Oliver no cedió.

—respondeme.

—eres Oliver sloam, te conocí el primer día que conocí el colegio... Y dijiste que eres mio.

Contuvo el aire viendo el rostro sonriente de Keith, junto ambas frentes.

—me quieres volver loco ¿es tu razón en la vida? Desquiciarme con tanta dulzura.

Sonrió.

Lo vio fijo, Keith comenzó a masturbarlo sobre su mano y jadeando, metió dos dedos en su boca.

—me siento extraño oli, mi estómago está caliente...

El alfa se apoderó de su boca, se perdieron en el beso, la lengua caliente del alfa recorrió todo el interior, amaba esa caliente saliva qué hormigueaba en su cuerpo.

Oliver se volvió a sentar sobre sus piernas, Keith lo miró con tanta inocencia.

—¿mi boca o mis dedos?

Keith no respondió, dobló el cuello como si no entendiera.

—si no respondes voy a decidir yo.

Estiró su mano para alcanzar el pecho del alfa pero no dijo nada.

Oliver sonrió excitado, separó más sus piernas aunque el intento oponerse, las elevó por debajo de la rodilla y deslizó su lengua desde la rodilla hasta llegar a su entrada. Sintió el jalón en su cabello, pero aún más, sintió el calor y la humedad.

Como podía pensarse beta si estaba rebosando esos líquidos deliciosos, con aroma a vainilla por todo el cuerpo. Es la primera vez que hacía algo así a un omega, nunca había hecho algo como esto pero sentía que sabía cada punto dulce del chico incluso siendo la primera vez.

—Oliver... Metelo. —Oliver paro un instante ara ver sus ojos, el seguía chupando sus dedos y sosteniendo su mejilla. —entra en mi, rápido, por favor...

Se acomodo de costado, elevó la pierna de Keith y le agarro la nuca, lo llevo a sus labios para besarlo y dijo con suavidad:

—tengo que dilatarte más... Estas muy apretado pequeño...

Introdujo primero dos dedos, los movió lentamente en su interior y los separó, fue abriendose camino con calma, mordiendo el labio de Keith para después lamerlo en lo que seguía penetrando con sus dedos.

—mi vientre me duele...

—¿te estoy haciendo daño? —preguntó y se detuvo.

—no... Quiero más, te quiero a ti.

Oliver respiro profundo, acomodo su miembro en la entrada y solo con sentir el contacto piel con piel, la electricidad y la pasión se apoderaron de su cuerpo. Estaba tan mojado.

—estas tan mojado... ¿Aun crees que eres un beta?

Keith no respondió, se abrazo del brazo enorme del alfa. Echo su trasero hacia atrás para que se apresurara en el proceso, el alfa entró abriendo la carne, las paredes lo abrazaron y sintió como si estuviera hecho para él.

La culpa y el placer se mezclaron, sabía que quizás mañana cuando despierte lo culparan por esto. Que esta mal porque no estaba en todos sus sentidos, pero no cambiaría esta sensación por nada en el mundo.

Keith sintió las manos del alfa cambiar de su pierna a su cintura, las deslizó por su cuerpo y volvió a tocar su trasero, lo apretó y volvio a besarlo.

—te ves siempre tan dulce —lo beso y él correspondió —estas caliente y resbaladizo dentro, me aprietas y quiero eyacular dentro de ti...

Cuando comenzó a hablar noto que también perdía mucho el sentido de la realidad, era su primera vez y estaba con todos los sentidos activados, el tutor se retorcía de placer mientras él, no podía más que empujar en su interior, lo apretaba más cuando más profundo llegaba, si acariciaba su vientre, dejaba salir más de ese dulce aroma.

—más fuerte, de prisa más... —gimoteo.

—qué linda voz—beso su cuello—nunca vuelvas a hacer esto con alguien más... Mataré al bastardo qué se atreva a tocarte... No quieres transformarme en un asesino.

—eres el único...

Mordió su oreja con insistencia, sintió un poco de sabor a sangre pero no demasiado, lamió la oreja insistente y dio una última estocada profundo, sintió que ese lugar lo hizo querer encajar se en el y él tutor, grito con más fuerza.

—¿nadie más? Y ese noviecito tuyo...

—nunca nada... Solo tu...

—¿solo yo? ¡Ahhhhhhhh!

El grito llego al momento que Oliver eyaculo en su interior y el nudo comenzó a crecer.

—¡duele! No te hagas grande... Duele demasiado... Por favor, para.

—solo será una segundo... —acarició su barriga, Oliver sabía que era lo que creció, no le había pasado jamás porque nunca sintió que debía anudar pero sabe muy bien que era.

Continuó masajeando su barriga mientras beso su nuca qué estaba caliente y concentraba todo el aroma a vainilla. Keith comenzó a tranquilizarse, buscaba sus besos hasta que se durmió, Oliver quiso apartarse luego de varios minutos en lo que bajo el nudo pero no lo hizo.




El omega del duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora