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Oliver llego a su hotel bastante incómodo. El mayordomo guardo silencio durante el viaje al hotel  y no quiso preguntar lo incómodo de las constantes negativas del tutor. Sobre todo... ¿Cuando su jefe se volvió un intimidante casanova? Lo conoce desde siempre, más nunca lo vio con nadie, incluso en sus periodos de rut solo toma medicamentos, los mejores que el país trae, se encierra y sufre algunos estragos incómodos. Pero jamás lo ha pasado con alguien más.

Más allá de cuidar una imagen, de no poder mezclarse con cualquier persona al azar, él puede contratar el mejor servicio de acompañantes y si se trata de buscar alguien para pasar esos períodos, la lista es larga.

¿Alguna vez el jefe ha estado con alguien? El mayordomo es alfa pero esta emparejado hace muchos años, más de 20. Sin embargo, no puede decir a simple vista si su amo es virgen, experimentado o brigido.

Ahora siente mucha curiosidad.

Alguna vez su hija que es omega pero ha sido como una salvaje toda su vida, le dijo que el jefe apestaba a virgen y se encerraron a hablar de este tema por horas sin que el mayordomo pudiera saber el contenido de la conversación.

—si no necesita nada, me retiro. —el rostro sombrío de su jefe le hizo dudar antes de retirarse —sabe que puede confiarme lo que sea y yo no lo juzgare ¿verdad?

—lo sé. No te preocupes, solo necesitas ir a descansar.

El duque se encerró en su habitación, tomó una botella de licor del bar de su cuarto y una coa par luego sentarse a los pies de la cama en silencio.

Se puso de pie nuevamente, dejo la copa y la botella en una mesa al lado de la ventana y se quito la camisa, luego el resto de su ropa para quedar solo en ropa interior dentro del cuarto, volvió a beber de su copa, la dejo suavemente sin ruido alguno y cuando por fin se dio cuenta de su situación, agarró su cabeza con ambas manos.

"¿en que demonios pensabas?"

Respiro molesto, su boca como siempre hablando de más, en el pasado y ahora sigue siendo el mismo niño reactivo qué con cualquier respiración de un chico 5 años menor, deja salir todo lo que piensa.

"27 años Oliver, sin aprender nada, además fui y hable como el gran conquistador, seguro Keith tiene años de experiencia, incluso vive con otis..."

Miró molesto por la ventana del cuarto, Keith nunca le dio un solo pensamiento, ni uno solo, mientras él siempre guardo este tonto rencor por años y jamas, nunca pasó un solo día sin que pensara en él. Cada día en las mañanas despertaba con la última sonrisa efímera qué le dio cuando apenas era un niño y como si de una película se tratara, solía escuchar aquella melodia en piano de fondo con cada pensamiento que le dedicaba.

No había nadie más, pensó inutilmente qué al menos alguna marca dejo en su vida para así como él, poder mantenerse constante en su vida, que incluso como a él, le costará encontrar una pareja porque lo mantendría en su corazón.

Para Oliver el primer amor lo marcó en un instante, diferente a como piensa Keith, esos seis meses fueron solo el tiempo necesario para reafirmar sus sentimientos, Oliver se enamoro de sus manos, de la forma que suspiraba cuando algo lo embelesaba, de esos pasos suaves y delicados, como las ondas de su cabello se acomodan en su oreja con los dedos delicados qué tocan las teclas del piano.

Sobre todo, estaba profundamente enamorado de la forma que ambos podían mirarse, como si no hubiera nada más alrededor y el tiempo se hubiera estancado como el agua que cae constante en un pequeño espacio de greda.

Seis meses que para Oliver causaron una marca grabada en su cuerpo completo y le impide seguir adelante pero que ahora se dio cuenta, para los demás, son solo seis meses.

¿Peca de inocente? Acaso será la única persona que cree que se puede amar a alguien en tan poco tiempo y en ese mismo tiempo le pueden romper el corazón como un romance de años.

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—para que aceptaste si te ibas a enojar tanto.

—no quiero que continúen viéndome como el niño al que todos pueden intimidar, ya pasó la época en que podía simplemente pasar sobre mi, hay leyes, el acoso y la violencia no son legales.

—no te entiendo, kei, el duque tiene mucho poder, en este momento tiene más poder que yo incluso con mi rango, además sabes que hace dos años lideró el ejército, tiene poder y el respeto de los demás, pero si me dices que fue...

—no, él no fue directamente... Uso su poder para hacerlo—keit se quito la toalla del cabello, había bajado a tomar una taza de café pero solo hacia falta recordar ese absurdo día, lo hacía molestar de nuevo. —ahora debo ir y enseñar a esos niños, me siento tan molesto, me encantan los niños pero cuando pienso en que son de él, increíblemente me quema la sangre.

Hizo un mohín suave en sus labios, agarró la puntas de su cabello quitando gotitas con los dedos.

Otis escucho lo que decía, si malentendido debería ser fácil de corregir pero al parecer. "¿cree que los niños son de Oliver?"

—¿te molesta que tenga hijos? —comprobó con la voz más suave que le salió. Si era cierto lo que pensaba, esto era mejor, así ese trabajo pasaría más fácilmente al olvido.

Lo vio sonrojarse, Keith es beta pero ciertamente ama a los niños y su afinidad con ellos es impresionante. A veces a sentido una leve fragancia provenir de su  cuerpo pero nada que lo haga pensar en él como un omega, quizás un recesivo. ¿Los exámenes podían fallar? Esa actitud ante los hijos de otro alfa era solo un comportamiento que tenían los omegas celosos.

—me molesta que su vida jamás se viera afectada por nada mientras yo le tengo tanto miedo a los alfas.

—a mi no me temes...

—porque es como un sentimiento, cuando alguien tiene esa mentalidad perversa al confundirme con un omega, suelo sentir pánico.

—¿qué te hizo para que le temas a los alfas? Además eres beta, no entiendo porque los alfas...

El omega del duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora