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El alfa había regresado, quería ver a Keith y molestarlo solo un poco sobre su reacción cuando lo vio por la ventana pero terminó por escuchar algo que lo hizo sentir incómodo otra vez.

—el amo no debería sentirse tan abatido por las palabras del tutor.

—no quería escuchar a escondidas, venía a hablar con él. —sun es una persona con varios años encima.

—no sé si es porque ha estado hablando con electra sobre relaciones pero no debería tomarse todas las relaciones y consejos de electra, mi hija es muy lista y bonita pero su vida es muy desordenada. Es mejor ser directo y hacer las cosas bien, no importa si tiene que forzar los encuentros pero pasar tiempo Juntos es la mejor forma de acercarse.

Oliver camino junto a su mayordomo escuchando más sobre lo que tenía que decir.

—royers dijo que podían reunirse solo durante este mes para tratar el terreno ya que tenía otras ofertas, mañana estarán en la ciudad y dijo que podía reunirse con su hijo.

—no quiero tener que ver al hijo de los royers. El es quien inició ese terrible mal entendido junto a mi madre y Eliza.

—creo que subestima al tutor. Es más, no sería perfecto invitarlo, así también dejaría clara la clase de relación que tiene o quiere tener con el tutor. Puedo reservar dos habitaciones en la ciudad mañana y así se reúne con los Rogers y luego puede pasear en la ciudad con el señor Keith.

—¿cuanto te pago?

—bastante.

—no creo que sea suficiente, podrías darte un bono... Debes reservar habitaciones juntas, ojalá fuera solo una pero él es demasiado tímido.

—creo que usted es más tímido que él, no conozco ningún otro alfa que se contenga de estar con quien quiere.

—quiero que el quiera estar conmigo, que me ame no que se vea solo forzado a aceptarme. Además él está convencido de que es beta.

—¿y usted no?

—soy su alfa, lo supe antes de verlo, solo con escucharlo.
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—me estas ofreciendo dinero por fingir ser tu novio durante la firma de un contrato.

—suena muy mal si lo dices así, quitemos la parte de fingir

El alfa sonrió con su rostro limpio, a través de esos hermosos ojos profundos, que Keith siempre ha tenido presente en su memoria como la profundidad de un océano.

Lo pensó, más no lo dijo - no puede intimidarme-dejo salir feromonas, eso es lo que le encantaba a Keith. Respiro profundo y sintió como un calor se apodera a de su boca. Oliver puede ser dulce y tímido pero en instantes, deja salir esa fragancia acompañado de unas manos traviesas pero tiernas, el beso fue salvaje pero dulce, tan dulce.

—¿piensas besarme cada vez que te de la gana?

—quiero hacerlo pero eres tan difícil...

Una breve mirada bastó para que el mayor tomara confianza, se derrite cada vez que el chico lo mira así. Acarició su rostro.

—¿tienes problemas para encontrar pareja? —Oliver dio esa mueca de disgusto. —sigo buscando una explicación a tu reciente gusto. Conozco muchas personas... Incluso si tienes gustos raros.

—¿por qué es tan difícil creer que me gustas?

—porque te portaste tan mal conmigo en el pasado que es difícil creer que siete años después quieres algo serio conmigo.

—¿no te hable nada de eso?

Los pasitos rápidos y golpeados sonaron e interrumpieron en la sala, iris amaba demasiado pasar tiempo con el tutor, ahora con su pijama puesto, quiso recibir un besito de buenas noches, kirian con su manta como pequeño cachorro que es, también pidió su besito.

—dejaré todos sus deberes con Anais, ella les explicara brevemente la tarea, les gustara.

—¿otra ves estas enfermo? —preguntó kirian con suavidad, acarició con sus pequeñas manos a Keith y este dejo de lado al alfa para tomarlo en sus piernas mientras se sentaba. Frotó su nariz contra la palma.

—estoy bien, tengo tarea que hacer con su hermano, lo castigare y tendrá que trabajar si no lo vigilo, no cumple sus deberes.

—oliver—iris habló severa. —tienes que hacer tus tareas, Keith es nuestro tutor, no el tuyo

—deben ir a dormir, ya es tarde—evadió las palabras de su hermana y dobló el rostro —es hora de los adultos.

Anais y sun llegaron también así que su tiempo privado de vio interrumpido, para empeorar su momento, el teléfono de Keith sonó, la llamada fue cortada pero solo un instante después nuevamente le entró una llamada.

Keith verifico el teléfono y se disculpó, con kirian aún en sus piernas respondió la llamada.

—¿qué? —preguntó incómodo al teléfono. Cubrió con su otra mano como si eso sirviera para que no escucharán. —estoy trabajando, esta semana no puedo. Si , esta bien, no bromees, no necesito que lo hagas.

Corto la llamada después de unas cortas sonrisas y miró de reojo al alfa. Anais noto el pesar del duque, llamó a los mellizos.

—vamos a dormir, si no duermen bien, estarán muy cansados—dijo la chica con esa sonrisa dulce y característica de ella —si se cansan, Keith no podrá recibir unas excelentes tareas.

El tutor dio un beso a cada uno y les despidió. Su incómodo de no tener una excusa, solo dijo al aire, ya sabiendo la respuesta.

—si no necesitan de mi, iré a terminar de arreglar todo para ir a la ciudad mañana.

—aun no he aceptado.

—acepta.

Su pecho se estrujo.

Su corazón se aceleró.

No necesitaba más para saber que esa era un pésima idea pero porque se sentía tan atraído.

—arregla sus pertenencias, él irá. Reserva un cuarto.

—dos...

—por supuesto, ¿pensaste que era uno para los dos? Yo ya tengo mi reserva. —le dio esa mirada tan antojadisa, llena de deseo y que lo hacía sentir calor en la espalda baja y las entrañas. —si quieres solo una habitación no tengo problemas ...

—hablas con tanta confianza, debes tener mucha experiencia al hablar de compartir cuartos, ¿Crees que soy uno de tus acompañantes?

—¿acompañantes? Yo no tengo de esos, pero quiero conseguirme un esposo pronto.

Saboreo sus labios.

—el problema es que te haces el dificil—el mayordomo se retiro en silencio, todos se dan cuenta cuando son mal tercio.

Se agachó, afirmó su rodilla sobre el sofá sin dejar de morder el interior de sus labios.

Keith se obligó a contener esas ganas de acercarse a su cuello pero era imposible. ¿Como demonios puede ser tan sexy solo con respirar? Quiso arañar el cuello del alfa para sentir más cerca ese aroma hipnotico qué lo hace perder los estribos.

—dejame besarte—rogó. Keith sonrió bajito por su pregunta, ahora ellos dos tenían claras ganas de compartir un beso, se sentía en el aire—¿Quién te llamo? Parecías tan feliz...

Bajo sus pestañas observando los ojitos  traslúcido de Keith, el chico avergonzado era todo un espectáculo, su leve sonrojo.

El aterrizaje de ese momento llego.

—mi ex.

—¿tu ex? ¿Por qué te llama?

El omega del duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora