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Las tiendas exclusivas tienen un algo en particular que las hace especialmente únicas, no es la ropa cara, la atención personalizada, o, el creciente interés de los vendedores.

Las construcciones son llamativas, cada detalle ha sido minuciosamente seleccionado y todo el ambiente que te envuelve grita qué vienes de las mejores familias para vestir lo mejor.

El duque fue atendido por la mujer más hermosa de toda la tienda, quito su abrigo como si lo conociera y el solo asintió con la cabeza para agradecer. Las miradas cayeron pesadas sobre Keith, aquella pelirroja que lo había atendido en la puerta se sintió en la confianza de seguirlos aunque había una vendedora más al lado de Oliver.

—Es la primera vez que lo veo acompañado—sonrió acomodando su rojo cabello detrás de su oreja —¿Es su nuevo mayordomo? Sun siempre lo acompaña, me dijo la última vez...

—Es mi prometido. —su voz seca hizo que los pasos titubear a sobre la baldosa.

—¿prometido?

Pregunto con temblores qué venían de su garganta en forma de gallitos.

—nadie dijo... Señor

—¿pueden cambiarnos de vendedor? —expresó fuerte y claro su descontento. Keith solo vio a la pelirroja mirar en su dirección con un disgusto que podía tallar su piel.

—no tengo razones para explicar mi vida amorosa a la persona que me vende ropa, sin ser descortés, prefiero que alguien sin tanta curiosidad y clara mala educación, atienda a mi pareja.

La otra dependiente asintió, y se ofreció con amabilidad a atenderlo.

—puedes traerme todo lo que tienes de la última tendencia. Quiero ropa para cenar, ropa para cócteles, y algo de trajes de noche...

—¿Quieres que me pruebe todo?

—quiero que me dejes consentirte de vez en cuando... ¿Puedo?

Keith suspiro y, no sé quería doblegar pero lo hizo.

—talla 32 y 38, lo más ajustado al nivel de la cintura ya que normalmente me queda grande de la cintura pero ajustado en la cadera.

La mujer lo vio con detenimiento. Su ropa era holgada y ajustada en la cintura, sin embargo le parecía un poco pequeño todo lo que indico.

—¿prefiere que le tomemos las medidas?

Keith asintió.

—acompañeme

—no, cierra la tienda y hazlo aquí.

Keith arrugó sus cejas, las mujeres que estaban escuchando, obedecieron  y a los pocos minutos ya estaban atendiendo al  tutor.

— sus medidas son bastante precisas.

Keith sonrió un poco y bajo la mirada.

—el problema es conseguir pantalones, siempre se ajustan de un lugar pero no de otro. —señaló su cintura sobre la camisa.

—Es bastante bonito —la mujer le entregó un vaso con agua después de dejar la huincha para medir.

Oliver tenía una mirada pesada, sus ojos relucian de repente, sintió que de la nada  estaba desnudo frente al alfa.

—¿puedo vestirme en el cambiador o debo desnudarme frente a ti?

—si se trata de desnudarte, prefiero hacerlo yo, pero sé que eso causaría muchos estragos en la tienda.

Keith se cambió de ropa y salió, la blusa de encaje blanco asentuaba sus curvas, el pantalón también tomando desde la curva de su espalda hasta su trasero para tener una bonita caída hasta sus pies.

—otro...

Keith lo vio fijo.

—llevalo.

Suspiro.

—otro...

—otro...

Diez trajes completos fueron los que se probó. Cuando ya estaba anocheciendo, Oliver ordeno a las vendedoras qué enviaran todo al hotel.

—¿te diviertes?

Oliver abrió la puerta para que subiera al automóvil, abordo lentamente esperando una respuesta, incluso estaba sonriendo.

—claro que me estoy divirtiendo, me gusta que te vistas para mi.

—todo lo que dices pareciera tener una segunda lectura.

—claro, puedo ser más directo, tutor, me gusta que te desvistas y vistas para mi.

—en realidad, duque, me estoy vistiendo para tu prospecto a novio.

—los royers no tienen nada que ver conmigo. — Oliver miro por la ventana —quisieras que este con otros omegas.

—¿otros? —Keith desvío la mirada. —no soy un omega así que no puedo ser otro omega.

—¿Quieres que este con otros? —cambio su pregunta, más no la intención que expreso con esta. Keith le arreglo la manga del traje, parecía estar muy acostumbrado a cuidar de otros pero Oliver lo disfrutaría más si solo fuera con él.

—puedes hacer lo que quieras.

—quiero estar contigo.

—entonces... ¡Casi! No caeré tan fácil...

—haces todo tan difícil, solo debes dejarme besarte cuando yo quiera y quedarte a mi lado.

Se acercó al tutor y este se encogió un poco, Keith intentaba dejar que Oliver fluyera, tiene la idea de que a las personas persistentes, como el alfa, suele ser mejor seguirles la corriente.

El duque es el único que lo ha hecho sentir tan nervioso, o al menos, que el recuerde.

Inhalo profundo, miró al duque batiendo sus pestañas, afirmó la palma de su mano sobre su clavícula.

—mi contrato de un año es por un trabajo de interno en la universidad, aun debo terminar mi tesis.

—¿por qué me dices esto? ¿Quieres dejar de trabajar?

—Lo digo porque quiero que sepas la clase de persona que soy, termine cuatro años de carrera en dos. No me he dado el tiempo de pensar sobre relaciones.

—excepto con tu ex novio.

—ariel es un cao...

—olvidalo, olvida todo sobre él.

—ahora también me das ordenes, te pegas a tu título.

Bromeó pero Oliver no sonrió, esto hace que se ponga nervioso de inmediato.

—no es una orden, no... —negó con voz gruesa. —es una orden, nadie puede verte como yo hoy, nadie puede tocarte como yo planeo hacerlo y menos siquiera desearte.

Oliver se agachó sobre Keith, beso su frente y agarró con fuerza su cintura, quería comprobar esas medidas de primera mano. Lamió su labio inferior.

Sus ojos transmitieron un brillo que incluso en la oscuridad del automóvil fue fácil de percibir, el alfa entre cerró sus ojos cuando percibió el incremento del aroma a vainilla en el omega y también su feromona se disparo.

Enterró su nariz en el recoveco detrás de su oreja, con el más leve contacto la piel se erizo en esa zona y sus hombros se elevaron pero no rechazo la cercanía.

"¿por qué es tan difícil rechazarlo?"

La respuesta era muy simple.

El omega del duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora