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Una gran cena se celebraba en la mansión del duque de rem, el duque del extremo norte.

A Oliver le llego la invitación y Keith fue invitado como representante de yena.

Cuando ambos confirmaron su participación, no pasó desapercibido qué asistirian como una pareja, así que no se tardó demasiado en correr algunos rumores.

En cambio, en casa de Oliver, el tema era otro.

Su vientre apenas notorio, hizo que muchas cosas restringieran su vestuario, sobre todo por parte de Oliver que más que nunca marcaba su celos y su territorio como si fueran a robarle alguna parte del cuerpo con los ojos.

—¿Sabes cuantos alfas estarán ahí? No puedes usar eso, se ve tu piel.

—Es el traje que me compraste cuando estuvimos de viaje. —replicó molesto Keith mirándose en el espejo.—me gusta como me queda, además pronto estaré gordo y no podré usar nada de esto.

—no estarás gordo, si engordas también te veras hermoso, pero no quiero que todos vean al bebé...

—apenas se nota... El bebé no se ve...

—te ves demasiado bonito vestido así, tu vientre se nota y todos los alfas se quedan mirando cuando salimos a alguna parte, recuerdas la vez anterior, cuando estábamos en el mirador.

—eres tan exagerado, apenas podían vernos con todos los guardias que teníamos alrededor.

—la próxima vez podemos escaparnos, solos tu y yo, de todas formas dudo que ocurra algo...

—Es mejor que te mantengas a salvo hasta saber quienes se han estado moviendo con los atentados... No quiero que te ocurra nada... —Keith agarró sus mejillas, Oliver rodeo sus caderas con y beso su barriga. —te amo mucho...

—yo también te amo amor... En verdad me cuidare mucho y los protegeré a ambos. Los mellizos, tu y nuestro bebé... Son lo más importante en mi vida, si dices que no, es no...

—mi alfa es muy obediente...

...

"-Escuche que el duque confirmo con su pareja...

-Nosotros lo vimos salir con un omega de los almacenes hace unos días....

—dicen que es el representante del rey... Al menos eso dijo el secretario de los Rem.

—no tenía idea que el duque tenía pareja...

-Eliza debe estar furiosa, espero tantos años...

—dicen que este omega es la persona a la que siempre quiso que por eso alargó tantos años el compromiso.

-pues yo escuche que el insistió por años en romper el compromiso, ella se pegaba a él pero el duque nunca la quiso.

—así debe ser, nunca la llevo a una fiesta o la acompañó a ningún evento, el duque siempre fue frío con ella...

-yo oí que es muy dulce con su omega, además de que él debe ser alguien muy importante para ser invitado como representante...

—quiero ver su barriga, nunca se ven omegas embarazados en la ciudad, menos entre los nobles, son muy discretos.

—eso era en el pasado, ahora ya no se esconden, lo que pasa es que pocos nobles se casan con omegas.

—es cierto, aun así, quiero verlo, dicen que es muy bonito y que su aroma es como las fresas... El verano, como frutas frescas, las dependientes dicen que es tierno y educado, qué el duque lo trata como un tesoro. "

Se corrió rápidamente la voz sobre la fiesta, la mayor curiosidad era ver a una de los hombres más jóvenes y más ricos, entrar por primera vez con una pareja en un evento social. Anteriormente si se veía con Eliza, era solo porque ella, llegando por separado, hacia que pareciera que eran pareja pero jamás llegaron juntos o asistieron a un evento como tal.

El auto de la Familia de Alburi estacionó frente a la mansion de Rem. Las luces del jardín iluminaron las ondas sedosas de su cabello moviéndose con la brisa, su traje color plata opacó con encajes por todo el contorno de la cintura, aun remarcaban las curvas perfectas de su figura y en el frente una pequeña protuberancia qué rápidamente fue cubierta por la amplia mano de Oliver.

—me avisas cuando estés cansado, si quieres dormir nos iremos de inmediato, no te separes de mi lado...

—tranquilo papá, no dejes que otros omegas te coquetean o si no, te voy a castrar...

Oliver se agachó y susurro en su oído, dio un breve beso y volvió a hablar.

—me encanta cuando eres tan celoso...

Entraron al gran salón, las mirada de inmediato se fijaron en ellos haciendo que las voces se extendieran como un viento fuerte. Sin embargo, algunas voces más se redujeron a hablar sobre lo que era claramente un embarazo. Muchos no habían escuchado el rumor completo, sabían de la pareja pero no del embarazo, sabían del omega pero no de la pareja, o, sabían de ambos pero no del omega.

Como fuese, ahí estaba y las comentarios quedaban cortos, el primero en acercarse a ellos fue el duque de Rem, del norte. El hombre era una anciano que bien conoció a ambas familias por separado, conocía a Keith y también a Oliver, cuando vio la respuesta de ambos en un solo sobre, se sorprendió pero también se alegró.

Esto era nuevo e interesante, Keith podía ser un pedestal y un apoyo para Oliver que quedo desvalido ante la muerte de sus padres, tomó el control muy joven y necesitaba de una voz sería, amigable y afectuosa, pero también, alguien con las ideas claras y las claves correctas para continuar surgiendo.

—no podía creerlo cuando recibí su carta, duque. ¿Cúantos meses tiene?

—cinco...

—se ve pequeño para cinco meses...

—el doctor dijo que todo está bien, solo es un poco quisquilloso...

—¿Es un niño? —preguntó alegre el hombre.

—si, un niño—Oliver beso los nudillos de Keith al responder. —yo quería una niña y él un niño, solo obedece a Keith.

—igual que tu, como debe ser—respondió la esposa del duque de Rem.

—escuche que planean casarse después del nacimiento.

—cuando decidamos la fecha exacta, les informaremos, queremos hacer algo discreto.

—yo quiero una boda enorme pero el quiere una boda segura... —Oliver sonrió con expresión triste.

—hasta que Oliver y los mellizos esten seguros, no haremos nada que llame la atención, ni que brinde oportunidades para hacerles daño—el duque mayor asintió. —su seguridad es lo más importante para mi, más que una gran boda,despues de todo, casarnos es ya suficiente para ser felices...

Miró a los demás, nuevamente estaba hablando de más delante de todos.

—perdón, me explaye demasiado...

—no... Tranquilo, es reconfortante pensar que hay amor verdadero en el mundo.

Keith se sonrojo y cubrió su mejilla.

—¿Quién dijo eso, con este coqueto?

—amor, vamos a bailar.

—vayan, aquí es seguro, hay mucha seguridad esta noche y pueden estar tranquilos... Disfruten la velada.




El omega del duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora