CAPITULO 3

125 4 1
                                    

Al otro día en la mañana, mientras desayunaban Aemma, Jacaerys, Lucerys y Ser Leanor en la torre de la princesa, las risas se podían escuchar, Aemma dejo de lado los modales y pudo ser libre hablando con Lucerys y Jacaerys, siendo ellos mismos quienes le habían pedido a Aemma dejar los títulos a un lado, ambos niños eran felices con Aemma.

Ser Leanor miraba la interacción de los niños y veía con alegría como sus hijos podían hacer reír tanto a la niña de cabellos castaños claro.

Mientras en la torre de la Reina, los hijos de está comían en silencio con la compañía de la Reina. Pero Aegon estaba ansioso porque la tarde llegará y rezaba que su mamá no se metiera e hiciera una escena por lo que su hermana pediría al Rey.

Rhaenyra tocó la puerta de la habitación de su padre, esperaba que estuviera en un buen día para que su padre pudiera atenderla. Quería hacer el intento de acercarse a sus hermanos y poder acabar con esa enemistad que había en el castillo.

La dejaron entrar, estaba en la habitación su padre comiendo en cama, ella sonrió al ver a su padre y se acercó hasta sentarse en la cama cerca de su padre.

-¿Cómo estás hoy padre? -pregunto Rhaenyra tomando la mano de su padre para acariciarlo.

-Mi dulce niña, me alegra verte, tu viejo padre está bien. - dijo Viserys con alegría al ver a su hija que cada día se parecía a su amada Aemma.

-Me alegro que sea un buen día para ti padre. - respondió Rhaenyra con alegría. -Sé que es muy temprano para que te moleste. - hablo intentando no arruinar el día a su padre.

-Jamás me arruinas nada, eres mi tesoro, tus siempre iluminas mis días. Dime que pudo hacer por ti mi niña. - Viserys acaricia la mejilla de su hija.

-Me gustaría que mis hermanos pasen las tardes conmigo, me gustaría poder conocerlos más, ser parte su vida y ellos de la mía. - argumento Rhaenyra, esperando que su padre aceptará.

Viserys sonrió con alegría y emoción al ver a su hija queriendo unir su casa, "Eso podría ser un comienzo", pensó.

-Sabes que eso me haría muy feliz. -respondió, pero al Rey le llegó la imagen de Alicent enojada y supo que por ello su hija se había acercado a él. -Alicent. - dijo y vio a su hija asentir con cabeza.

-Ella me preocupa, sé que se negara. - dijo Rhaenyra bajando la cabeza.

-Pero también son mis hijos, y si ellos no se niegan yo estaré feliz de dar esa aprobación. - dijo Viserys declarando su apoyo a su hija.

Rhaenyra se quedó más tiempo con su papá hablando de temas diversos, tanto de la familia, de los hijos, de lo ser padres, cosas del reino y mucho más.

+++

Llegó la tarde, la Reina fue llamada por el Rey.

-Me llamaste esposo. - hablo la Reina en el instante que cruzó la puerta de la habitación de su esposo sin percatarse de que la princesa heredera estaba ahí.

-Quiero hablar contigo de un asunto. - dijo Viserys viendo a su esposa.

Alicent vio que Rhaenyra estaba ahí tomando la mano de su esposo, sabía que no le gustaría lo que diría el Rey.

-Princesa no sabía que estaba aquí. -comento la Reina juntando sus manos enfrente.

-Buena tarde Reina. - inclino levemente la cabeza Rhaenyra en forma de respeto.

-Hoy los niños pasarán sus tardes y comerán con su hermana Rhaenyra, y así será todas las tardes. La Princesa pidió este tiempo con sus hermanos para poder conocerlos más. -hablo Viserys con alegría.

DANZA DE DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora