CAPITULO 39

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Desembarco del Rey

Alicent miraba con orgullo a su hijo al pasar por los pasillos con ese porte firme, su mayor orgullo, pero eso no quitaba el hecho de que la había sacado del consejo y eso la tenía molesta.

Vio que su hijo se dirigía a la sala del consejo, así que tomo su oportunidad, era de tarde casi noche y era fácil moverse en el castillo sin tanta luz.

Fue fácil hacer su cometido, Ser Criston estaba en el consejo de su hijo así que solo tenía un pequeño problema, pero ya lo tenía cubierto, llegó hasta el guardia y le dio en mano una bolsa de monedas, el guardia se hizo a un lado y entro a la habitación.

Rhaena no puso atención a la entrada, este tiempo que llevaba ahí la única persona que lo visitaba era Hilda la sirvienta que los atendía y Aemond para las horas de comida o para llevarlos al jardín. Siguió secando la cabeza de su hermano, no quería a nadie cercas de él así que era ella la que lo bañaba. Joffrey reía por las cosquillas que intencional le hacía Rhaena, pero su sonrisa se fue cuando vi a la esposa de su abuelo a las espaldas de su hermana.

Rhaena vio el cambio de la mirada de su hermano y se giró a ver a la puerta, Rhaena puso atrás de ella a su hermano protegiéndolo.

-Usted no debería estar aquí, no lo tiene permitido. - dijo Rhaena firme.

-Soy la Reina Viuda y tengo autoridad en este castillo. - dijo con seriedad. -Al igual que tú padre siempre tan irrespetuosa, no me sorprende. - comento barriendo con la mirada a la joven. -No eres tan hermosa, no entiendo a mi hijo con su obsesión contigo, antes la tenía que Helaena y lo entendía, mi hija es hermosa, pero tú no lo eres. - las palabras dolieron, pero no dejo que Alicent lo viera.

-Me hago la misma pregunta. - dijo sin dejarse inmutar. -Sera mejor que se vaya de aquí. -la corrió.

-Ser Finnan, tráigame al niño. - ordenó Alicent sin dejar su porte firme.

-Tocas a mi hermano y te juro que lo pagarás. - amenazo ella al guardia, en estos momentos lamentaba que Ser Clark no estuviera con ella.

El guardia la ignoro y se acercó, Rhaena no tenía ningún arma para protegerse, ella se aferró a su hermano que grito cuando ella fue aventada al suelo pegándose con la base de la cama, una línea de sangre corría por su mejilla, pero eso no le importa cuando los gritos de su hermano la obligaron a ver cómo era llevado, Rhaena se levantó e intento caminar, pero su visión era borrosa y veía doble.

-Rhaenyra debe arrodillarse ante Aemond. - dijo Alicent para luego salir de la habitación con llave.

Rhaena llego a la puerta y pego.

-¡Joffrey! - grito ella con impotencia.

Alicent vio al niño amordazado y una punzada en su pecho casi la hizo retroceder con su plan, pero recordó las palabras de su padre.

Son ellos o nosotros, pero solo un bando será el ganador. – dijo Otto mirando a los hijos de Rhaenyra jugando en el jardín de la difunta Reina.

-Debería matarte. - le dijo al niño mirándolo con asco.

Rhaena seguía pagando en la puerta y gritando el nombre de su hermano cuando la puerta fue abierta.

Rhaena lo empujó para salir en busca de su hermano.

-Princesa. - la llamo, pero ella no se detuvo.

Ser Clark estaba dividido, no sabía si correr detrás de ella o ir con el príncipe Aemond, pero al final decidido ir tras ella.

Rhaena corrió hasta llegar a la torre de la Reina, enterró en la primera puerta y encontró una pequeña biblioteca en la mesa vio un abre cartas y lo tomo, siguió buscando en cada habitación asustado a algunas sirvientas y algunos guardias que intentaron detenerla, pero ella era escurridiza, un guardia la tomó por sorpresa, pero ella le clavo el abre cartas en el brazo y el guardia la soltó, en el descuido del guardia tomo la espada de él y siguió su camino.

DANZA DE DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora