Desembarco del Rey 120 d.C
Rhaena salió de sus clases, ya era tarde y tenía hambre, acostumbrarse a estar sola y en un lugar que no conocía le era muy abrumador, solo en las noches deja que sus lágrimas salieran.
Desembarco del Rey no era su lugar favorito por el momento y más con la Reina caminando por ahí, por ello, Rhaena se refugiaba en sus clases, en la biblioteca y en su práctica de tiro con arco. Pero en los tres lugares siempre estaba Aemond, tomaba clases de Valyrio con él, él también pasaba tiempo en la biblioteca y siempre estaba intentando practicar con la espada, pero apenas estaba acostumbrándose a qué no tenía un ojo.
Desde que llegó habían pasado tres semanas, hace poco había recibido noticias de que su padre había vuelto a casarse, le sorprendió que se casó con Rhaenyra, la princesa heredera. No tenía enojo con su padre o con ella, gracias a la carta que su hermana Aenerys había mandado explicando todo.
Camino con sus libros que había terminado de leer para dejarlos en la biblioteca e ir a comer, pero escucho como caían varios libros de un estante haciendo que soltara un grito.
-¡Maldición! - exclamó Aemond intentando recoger los libros pero su visión no ayudaba.
Rhaena dejo sus libros en la mesa y se arrodilló para poder ayudar a recogerlos.
-No necesito tu ayuda. - dijo con desdén Aemond.
Rhaena lo ignoro y siguió recogiendo los libros.
Cuando terminaron de recoger Rhaena fue y dejos sus libros en su lugar, Aemond la miro irse sin decir nada.
En la hora de comer se iba con Aegon, el cual no había perdido la costumbre de comer en el jardín, solo eran ellos dos, Aegon le contaba sobre sus tardes que pasaban ahí con su hermana y su familia, Rhaena había visto que solo era en esos momentos cuando Aegon hablaba de sus tardes que pasaba con su hermana y su familia de ella, que lo veía feliz y sonreía.
Aegon había peleado por tener esas tardes con Rhaena para que no se sintiera sola y cumplir con su palabra a su hermana.
Después de comer iba y le leía a su padre, había una tensión ahí, pero Aegon sentía que hacer eso lo hacía poder estar más cercas de Aemma. A ella le encantaba leerle al Rey.
Solo era esos momentos cuando estaba en paz, su madre y abuelo lo forzaban a tomar clases y hacer lo que le se dijera, al inicio había ido encontrar de sus órdenes, pero en una noche su abuelo entro a la habitación de él.***
-Deberías tocar antes de entrar, eres Lord Mano, pero yo soy un príncipe. - dijo Aegon cerrando el libro que leía.
-Pensé que querías esto. - comento Otto mostrando unas cartas.
Aegon se paró tan rápido como pudo al ver el sello de la Casa Arryn.
-Dámelas. - exigió Aegon.
Otto las lanzo al suelo, junto con un pañuelo con las letras bordadas de AA.
-Harás lo que se te pida para ser el siguiente Rey, o tú querida Aemma morirá curiosamente en la noche en su habitación, tal vez un accidente mientras visita a su pueblo, o una de las damas leales a mi le corren la garganta mientras se baña. - dijo Otto con alegría.
Aegon tomo el pañuelo y las cartas, lágrimas salían de sus ojos.
-Si le tocas un pelo, yo mismo te matare. - dijo Aegon con furia.
Otto había visto que su nieto tenía más valor ahora, gracias a su hermana Rhaenyra, pero Otto lo quería vulnerable, lo quería doblegado a sus deseos de llegar al trono, que los Hightowers, que él, Otto Hightower reine.
-Si algo me pasa a mí, mi gente tiene instrucciones de matar a Lady Aemma. - dijo Otto mirando con desprecio a su nieto para luego salir de ahí.
Aegon tomo las cartas y lloro, esa noche no durmió, había una carta por día, desde que se alejaron.
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DANZA DE DRAGONES
RandomUna historia donde se buscara salvar la casa Targaryen. Lo único que podría derrumbar a la Casa del Dragón era la casa misma. Amores que te haran sangrar. Verdes contra negros. Negros contra verdes. Dragón contra dragón. La sangre sera derramada y...