Capítulo 48

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Capítulo 48

A pesar de la inminente amenaza de los jinetes araña, el convoy mercante catayano se mantuvo sereno y organizado, un testimonio de su experiencia atravesando las peligrosas rutas del mundo conocido. Entre los mercaderes, un contingente de tropas catayanas permanecía vigilante, listo para defender su valioso cargamento en cualquier momento.

Los ejércitos catayanos, famosos por su excepcional destreza, eran una fuerza formidable a tener en cuenta. Se habían enfrentado a innumerables adversarios, desde Hobgoblins arrasadores hasta Merodeadores del Caos y primitivos de la jungla, y habían salido victoriosos una y otra vez. Ni siquiera los guerreros isleños de Nippon pudieron resistir el poder de los guerreros catayanos.

En el norte de Cathay, el Gran Bastión se alzaba como una barrera formidable contra las tribus de Kurgan y Hung, corrompidas por el Caos, un enorme muro mágico protegido por una guarnición de decenas de miles de personas. Se decía que los ejércitos de Cathay eran innumerables y atraían guerreros de todos los rincones del reino, incluidas feroces tribus montañesas, enigmáticos monjes guerreros y soldados bien disciplinados armados con ornamentados cañones.

En el corazón del Gran Ejército Imperial de Cathay, también conocido como Ejército Celestial, estaban los abanderados. Estos guerreros jurados, adornados con estandartes de color verde esmeralda, empuñaban largas espadas curvas, malvadas armas de asta y ballestas mortales. Famosos por su determinación inquebrantable y su coraje inquebrantable, los abanderados estaban listos para defender su patria, incluso frente a dificultades abrumadoras.

La dedicación marcial de Catay se manifestaba ahora en las escoltas de los mercaderes; algo que sólo la élite del Imperio podría igualar. Los escoltas del convoy catayano eran un espectáculo digno de contemplar, y su presencia infundía una sensación de seguridad en medio de la amenaza inminente de los jinetes araña. Entre ellos se encontraban los guerreros de Jade, ataviados con relucientes armaduras de acero adornadas con intrincados grabados y sus escudos verdes adornados con el símbolo de Catay. Con determinación inquebrantable, estaban listos para defender el convoy contra cualquier adversario que se atreviera a desafiarlos.

Junto a los guerreros de Jade estaban los Crane Gunners, un dúo formidable armado con armamento especializado diseñado para perforar incluso las pieles más duras de las arañas. Un guerrero empuñaba un escudo gigante, que proporcionaba cobertura y protección a su compañero, que empuñaba un gran rifle capaz de disparar rondas perforantes con precisión mortal. Juntos, formaron un equipo formidable, su coordinación y habilidad inigualables mientras se preparaban para enfrentar el ataque de los jinetes araña.

Mientras Atlas observaba el choque entre los dos grupos, su expresión permaneció estoica y distante, sin verse afectada por la carnicería que se desarrollaba ante él. Por un lado, las tropas catayanas lucharon con precisión y habilidad, su entrenamiento y armamento superiores eran evidentes mientras rechazaban el implacable ataque de duendes y arañas.

Sin embargo, a pesar de la destreza de las tropas catayanas, los goblins no mostraron miedo a la muerte, su número parecía interminable mientras continuaban cargando hacia adelante con imprudente abandono. Con cada baja entre las filas catayanas, la presión aumentaba y su formación comenzó a reducirse bajo el implacable asalto.

Aunque Atlas permaneció insensible, reconoció la ventaja estratégica que tenían los goblins en su gran número y la falta de respeto por sus propias vidas. Fue un sombrío recordatorio de las duras realidades de la guerra, donde incluso las tropas más hábiles y disciplinadas podían verse desgastadas por la implacable marea de la batalla.

"Strickler, lidera la Vanguardia y mata a los goblins", ordenó Atlas, con voz firme e inquebrantable.

Strickler vaciló, la incertidumbre parpadeando en sus ojos mientras miraba entre Atlas y el caótico campo de batalla. "¿Pero qué pasa con los comerciantes catayanos? ¿No deberíamos matarlos también?"

La sangre es vida warhammer fantasyWhere stories live. Discover now