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Kiba estaba ansioso.

Sasuke no tardaría mucho en llegar y no estaba seguro de cómo actuar al respecto.

¿Debería preguntarle?

¿Debería fingir que nunca vió lo que vió?

No sabia que hacer.

Él no era amigo de Sasuke como para tener alguna libertad de preguntarle directamente.

Hace tan solo dos días estaba seguro de que no le importaba nada relacionado a él, pero ahora estaba ahí.

Sintiéndose ansioso y preocupado por saber que le había pasado.

Pero no podía evitarlo.

Maldita sea, el cuerpo de Sasuke estaba cubierto por completo de esas horribles marcas; cualquier persona se preocuparía al ver lo que él vió.

"Talvez debería actuar normal por ahora, esperaré unos días e intentaré acercarme un poco, de esa forma podría persuadirlo de decirme lo que le pasó"

El timbre de la casa lo sacó de sus pensamientos y se detuvo, no se había dado cuenta que estaba dando vueltas por la sala.

Rápidamente se acercó a la puerta y esperó con ansias a que el contrario tocara la puerta.

Aunque aún faltaban pocos minutos para ello, puesto que Sasuke apenas estaba pasando el gran portón que daba acceso a la casa.

Kiba se obligó a calmarse y cuando el sonido de la puerta siendo suavemente golpeada resonó en sus oídos, la abrió con aparente tranquilidad y se movió un poco para darle acceso a la casa.

-. Hola.- Sasuke lo saludó antes de ingresar.

Asintió como saludo y cerró la puerta.

-. Hoy haremos el trabajo en mi habitación, espero que no te incomode.- pasó frente a él, dedicándole una mirada de reojo antes de seguir caminando.

-. No hay problema.- respondió mientras lo seguía.

Sasuke buscaba con la mirada a Akamaru, siempre había querido tener un perro y le emocionaba la idea de poder convivir con uno.
Pero al no encontrarlo se desanimó un poco.

Kiba subió los primeros escalones que los llevarían al segundo piso, Sasuke, estaba por subir también cuando reconoció el ruido de rápidas pisadas a sus espaldas; al voltearse para poder atrapar al perro entre sus brazos sintió el impacto de su peso y su cuerpo inevitablemente cayó hacia atrás.

El dolor lo atravesó de inmediato, pero eso no evitó que sonreirá al sentir las pequeñas lamidas que el canino comenzó a repartir en una de sus mejillas.

-. Hola pequeño.- acarició su cabeza con suavidad.

El ruido del golpe captó la atención de Kiba de inmediato, haciendo que bajara rápidamente los pocos escalones que subió y se acercara a Sasuke, el recuerdo de su cuerpo lastimado resonó en su mente.

-. ¡Akamaru, no!.- reprendió mientras se acercaba a Sasuke -. ¿Estás bien?

El perrito, que no tenía nada de pequeño cabe aclarar, se separó de Sasuke y bajó la cabeza ante el regaño de su dueño.

-. Tranquilo, estoy bien.- tomó la mano que Kiba le extendió para ayudarlo a levantarse.

De forma involuntaria su expresión formó una pequeña mueca de dolor, si bien la caída no fue muy dolorosa, las heridas en su cuerpo y los moretones sí lo eran.

Antes de que Kiba lograra decir algo Akamaru se acercó a Sasuke y comenzó a frotar su cabeza suavemente por sus piernas para después lamer la zona mientras soltaba pequeños chillidos.

Roto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora