[43] Viejos Adolecentes

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Oven habría preferido quedarse en la cama–después de todo, tenía derecho, estaba herido–pero no podía permitirse faltar a esa reunión.

Y no era tan tonto; si sus hermanas habían decidido reunir a la familia tan temprano en la mañana, era con la esperanza de que él no asistiera. Porque lo que debía discutirse esa mañana era muy importante y todos sabían de qué lado se inclinaría Oven.

Los Charlotte se habían tomado su tiempo, pero finalmente iban a hablar de lo que había sucedido con Katakuri. Oven tenía la intención de defender a su hermano–Daifuku también, estaba seguro–y como era el más golpeado, sabía que prestarían atención a lo que él dijera. Y eso era lo mejor, Katakuri necesitaría apoyo. No estaba seguro de que los demás fueran tan magnánimos.

Normalmente, las reuniones se llevaban a cabo en Sweet City, pero como la ciudad no era más que un montón de cenizas humeantes–King se merecía su apodo–habían decidido hacerlo en el mundo de los espejos. Oven se preguntaba si Brûlée había tenido algo que ver en esa decisión. Cuando ella lo hizo pasar a través del espejo, intentó sonsacarle información, pero ella no parecía saber más que él. Lo condujo a una gran sala preparada por ella; él estaba entre los primeros en llegar, pero ya se formaban pequeños grupos que intercambiaban susurros. Las mentes principales de la familia aún no estaban allí.

Se sorprendió al encontrar a Pudding sentada alrededor de una gran mesa redonda. Normalmente, los más jóvenes no participaban en las reuniones. O ella se había impuesto, o sus últimas acciones heroicas le habían garantizado un lugar entre sus mayores. Sin duda, una mezcla de ambas cosas, pensó.

Se acercó y tiró de la silla a su lado.

—¿Tú aquí?—dijo, amigablemente.

Estoy aquí.

Ella no parecía de buen humor.

—¿Hay algún problema?.

—Sí: esta reunión—se quejó ella—Hacer esto a espaldas de Katakuri es...

No terminó la frase y él no la alentó a continuar. Sabía lo que quería decir, desafortunadamente no estaba sorprendido. No era la primera vez que discutían el caso de alguien sin consultar al principal interesado. Esta vez, al menos, varios querían defender a Katakuri. A diferencia de lo que había sucedido con Lola.

Pensándolo bien, Oven encontraba lógico ver a Pudding en esa mesa.

Daifuku se unió a ellos rápidamente y, como siempre, se sentó junto a su hermano. A su vez, intercambiaron murmullos.

—¿Cómo pinta esto?—preguntó Oven.

Seguramente mal, todo el mundo está tenso. Tenemos que darlo todo. ¿Te sientes preparado?.

— Obviamente, ¡no soy una nena! Estaré bien. Lo que me preocupa es que tendremos que hablar de la primera vez.

Oven y Daifuku tendrían que comprometerse delante de todos y admitir que habían ocultado la verdad a toda la familia. Eso no jugaba a su favor. Obviamente, todos ya estaban al tanto, se vieron obligados a explicar la situación ese mismo día, en la urgencia. Pero esta vez, tendrían que justificarse y ambos temían haber perdido toda credibilidad.

Necesitaban apoyo y no estaban seguros de encontrarlo.

La sala se llenaba poco a poco y todos notaron que, por una vez, reinaba la calma. La discusión prometía ser de lo más complicada.

*

Katakuri ya se sentía mucho mejor. Estaba cansado y no podía estar de pie mucho tiempo, pero su fiebre había bajado y King lo cuidaba como a un recién nacido. Le repetía que hacía demasiado–porque hacía demasiado–pero no podía engañarse a sí mismo: estaba encantado.

Prince Incendié [Traducción Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora