[28] Amigo.

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Katakuri no tuvo ni un segundo para sí mismo.

Se alegraba de que Oven hubiera optado por organizar la Fiesta del Té él solo, ya tenía bastante que hacer solo... aunque su gemelo insistiera en pedirle su opinión sobre cosas triviales como "¿debería hacer una fiesta temática?". Sólo esta mañana no había parado de correr de un lado para otro. Primero se había encontrado con Cracker en el puerto, a petición suya, para saludarle antes de partir. Mucha gente había venido a verle al muelle y el pobre hombre estaba bajo presión.

Debía partir con un pequeño escuadrón, encargado de encontrar al Chanter, pero estaba muy preocupado por no completar su misión. A Katakuri le había sorprendido que quisiera hablar con él en privado antes de partir para compartir sus temores, pues eran muchos. Estaba realmente aterrorizado de fracasar. ¿Y si mamá estaba realmente muerta? ¿Y si Smoothie también había sido derrotada? Entonces no tendría ninguna oportunidad. Nadie le perdonaría no haber sido capaz de traerlos de vuelta.

Katakuri había pasado media hora tranquilizándolo sobre sus habilidades antes de que finalmente recuperara la confianza y aceptara abordar su barco para convertirse en General nuevamente. Podría haberlo dejado lidiar con sus dudas, pero en ese momento solo lo había visto como su hermano pequeño temeroso, suplicando consuelo. No pudo evitar darle un poco de atención y amabilidad. Después de todo, Cracker también había sufrido una derrota aplastante y se la había tomado terriblemente mal. Katakuri había asumido sobre sí mismo la responsabilidad de la victoria total de Sombrero de Paja, pero no era el único en cargar con la culpa y lo sabía muy bien. No lo había expresado de esa manera, pero Cracker sabía que Katakuri era el único que podía entenderlo. Sin duda también sabía que sería incapaz de ser cruel con él a pesar de todo lo que pasó entre ellos después.

Él habría podido. Pero no habría servido de nada. Era hora de permanecer unidos en lugar de regodearse en rivalidades infantiles entre hermanos. Además, Cracker estaba lejos de ser el único que le había mostrado un lado vulnerable últimamente. En ausencia de mamá, varios de sus hijos parecían haber recordado que él seguía siendo el hermano mayor con el que siempre habían podido contar y en quien podían confiar sin miedo. Katakuri notó que sin su madre para aterrorizarlos, sus relaciones eran mucho mejores. En lugar de hundirse, el país estaba resurgiendo. Lento pero seguro. No podía atribuirse el mérito por ello, pero no pensaba menos de el.

Más aún ahora, cuando intentaba organizar el papeleo que se acumulaba en su mesa y la reservada Pudding se paseaba de un lado a otro delante de él, tan estresada que estaba a punto de volverse líquido.


-—No puedo, de verdad que no puedo, ¡es imposible!

—Pudding—Suspiró Katakuri con indulgencia, sin levantar la vista de su libro de cuentas.

Es un gran error confiarme esta tarea, ¡no voy a poder hacerlo!.

—Tranquilízate.

Oven le había pedido que se ocupara del banquete de la Fiesta del Té. Una tarea para la que estaba más que cualificada, pero que parecía aterrorizarla. Katakuri se preguntó si siempre había sido tan nerviosa o si, como a los demás, era la ausencia de su madre lo que le permitía mostrarle sus debilidades.

En cualquier caso, pensó que estaba exagerando.

Dile a Oven que no puedo, que no está en mis manos—Le suplicó.

Prince Incendié [Traducción Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora