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En el Corazón de Doomholt

La travesía a través de las regiones desoladas de Doomholt había sido agotadora y peligrosa. El grupo, compuesto por los hijos de los Pecados y sus parejas, había soportado desafíos y peligros que habrían derrotado a otros menos decididos. Pero finalmente, llegaron al corazón de Doomholt, un lugar tan árido y desolado que parecía que la vida misma había sido extirpada de la tierra.

El paisaje era un vasto desierto de roca y polvo, con un cielo perpetuamente cubierto de nubes grises que daban a todo una sensación de muerte inminente. En el centro de esta extensión yermo, se erguían dos árboles antiguos, de troncos huecos, cuyas ramas se entrelazaban como si intentaran mantener en pie el peso del mundo. En el punto de convergencia de los troncos, había un portal oscuro y pulsante, como un abismo que miraba hacia adentro.

El grupo se detuvo frente a los árboles, sintiendo la ominosa presencia del portal. Las miradas de todos se centraron en el vórtice negro que parecía absorber la luz alrededor de él. Eiran dio un paso adelante, su mirada fija en la oscuridad.

De repente, la negrura del portal comenzó a agitarse, y una figura comenzó a materializarse. Oryn, el pecado de la avaricia y padre de Eiran, fue el primero en emerger. Su presencia era imponente, con ojos dorados que brillaban con una intensidad feroz. La atmósfera se cargó de tensión cuando sus miradas se encontraron.

━Padre.━dijo Eiran, su voz llena de emociones contradictorias.

Oryn observó a su hijo, su expresión impenetrable.

━Eiran.━respondió con un tono frío.

No hubo abrazo, ni lágrimas de alegría, solo un reconocimiento gélido de la relación que compartían.

A medida que más figuras emergían del portal, los hijos de los Pecados se encontraron cara a cara con sus padres. Nyx, Drystan, Maeve, Seren, Calix, y Hideyoshi se acercaron, cada uno enfrentando a la entidad que representaba el pecado que llevaban en su sangre. Las reuniones variaron de frías y tensas a cálidas y emocionadas, dependiendo de la naturaleza de cada relación.

Los Pecados se agruparon frente a sus hijos, formando una fila imponente. Oryn, el pecado de la avaricia, rompió el silencio.

━Nos atraparon aquí después de la gran guerra contra las Virtudes. Pensaron que podían deshacerse de nosotros, que podrían mantenernos prisioneros para siempre.

Nyx observó a su madre con una mezcla de curiosidad y recelo. ━¿Cómo fue posible que las Virtudes ganaran?

La madre de Seren, la gula personificada, respondió, su voz resonando con una riqueza profunda.

━Nos emboscaron cuando estábamos debilitados. Nos encerraron en este lugar con la esperanza de que nos consumiéramos en nuestra propia esencia.

Drystan, cuyo orgullo no conocía límites, se adelantó. ━¿Y ahora? ¿Cuál es el plan?

Los ojos de los Pecados se encendieron con una intensidad peligrosa. No necesitaban decirlo explícitamente; la sed de venganza estaba clara en sus miradas. Los hijos de los Pecados comenzaron a entender que liberar a sus padres podría ser un error fatal.

El padre de Maeve, Ira personificada, habló con una voz que parecía capaz de hacer temblar la tierra.

━Dewhar está en caos sin nosotros, los Pecados. Las Virtudes han llevado a la gente a la desesperación con sus promesas vacías y su falsa moralidad.

Los hijos se miraron entre sí, comenzando a comprender las verdaderas intenciones de sus padres. No era solo una cuestión de restaurar el equilibrio en Dewhar, sino de imponer su dominio y provocar otra guerra.

Eiran se volvió hacia su padre, sus ojos llenos de una mezcla de dolor y resolución.

━No podemos permitir que destruyan Dewhar de nuevo. Tiene que haber otra manera.

Oryn lo miró con una dureza implacable. ━Los débiles perecen, los fuertes prevalecen. Es la naturaleza del mundo, hijo mío.

La tensión en el aire era palpable. Los hijos de los Pecados se encontraban atrapados entre la lealtad a sus padres y el deseo de salvar su mundo de una nueva catástrofe.

El portal seguía abierto, la oscuridad pulsante como un recordatorio constante del poder que los Pecados aún poseían. El futuro de Dewhar pendía de un hilo, y los hijos de los Pecados debían tomar una decisión: liberar a sus progenitores o encontrar un nuevo camino hacia la paz.

El Resurgir del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora