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Envidia

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Envidia

Nyx.

El pantano se extendía ante nosotros como una masa oscura y peligrosa, llena de sonidos siniestros y presencias amenazadoras. Nos habíamos adentrado en este terreno hostil en nuestro camino hacia Doomholt, y los hemófagos acechaban en las sombras, listos para atacar.

Anielka caminaba a mi lado, su presencia reconfortante en medio de la tensión creciente. Sus ojos brillaban con determinación, pero también con un toque de miedo que no podía ocultar. De repente, un movimiento en el agua rompió el silencio y un hemófago emergió, sus ojos rojos brillaban con una malevolencia animal.

Sin pensarlo dos veces, me lancé hacia Anielka cuando uno de los hemófagos se abalanzó sobre ella, atrapándola y arrastrándola hacia las aguas fangosas. Mi fuerza no era suficiente para tirar de ella hacia la orilla así que tuve que echar mano de mi habilidad secreta. Cerré los ojos para concentrarme y mi cuerpo se transformó de pronto en el de Drystan. Sin pensar demasiado en las consecuencias, extendí mis manos hacia donde las fauces de la criatura se cerraban en torno a la pierna de la chica. Con la fuerza que los brazos de Drystan me daban, abrí las fauces del animal hasta romper su mandíbula y, en un abrir y cerrar de ojos, tomé la forma de Eiran y usé su cuerda para sacar a Anielka del agua.

La miré con ojos dorados brillantes por la transformación, sintiendo una oleada de alivio al verla a salvo.

Cuando finalmente recuperé mi forma humana, Anielka se acercó a mí, sus ojos verdes brillando con gratitud y algo más profundo. Nos abrazamos con fuerza, dejando que la cercanía nos reconfortara mutuamente en medio de la oscuridad del pantano.

—Gracias, Nyx.—susurró contra mi oído—. No sé qué habría hecho si te perdía.

—No pensemos en eso ahora, lo importante es que estás aquí y estás a salvo.—respondí sinceramente, sintiendo la calidez de su cuerpo junto al mío.

Nos separamos lentamente, pero nuestros ojos seguían conectados en un mar de emociones compartidas. Fue entonces, sin necesidad de palabras, ambos supimos lo que sentíamos el uno por el otro. Anielka tomó mi rostro entre sus manos y me besó suavemente, sellando nuestro vínculo con un gesto cargado de ternura y pasión.

Cuando nos unimos al grupo, pude ver la sorpresa en los rostros de los demás. Drystan asintió con aprobación, reconociendo mi habilidad para transformarme como una ventaja inesperada en nuestra misión. Maeve y Reed intercambiaron miradas de admiración, mientras que Eiran y Seren parecían intrigados por el poder que había demostrado.

Era evidente que este encuentro había fortalecido nuestros lazos y reafirmado nuestra determinación para enfrentar los desafíos que aún nos esperaban en el camino hacia Doomholt. Con el corazón lleno de confianza y amor, nos preparamos para continuar nuestro viaje, sabiendo que juntos éramos más fuertes y estábamos más cerca de cumplir nuestra misión crucial.

 Con el corazón lleno de confianza y amor, nos preparamos para continuar nuestro viaje, sabiendo que juntos éramos más fuertes y estábamos más cerca de cumplir nuestra misión crucial

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El Resurgir del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora