El Resurgir del Pecado

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Avaricia

Eiran.

Había algo profundamente inquietante en estar tan cerca de mi padre. Oryn, el Pecado de la Avaricia, se erguía imponente frente a mí, con su fría mirada fija en mis ojos. Podía sentir la tensión en el aire, como una cuerda a punto de romperse. Los demás Pecados nos observaban con expectación, sabiendo que de alguna manera, este enfrentamiento determinaría nuestro destino.

━No los liberaré━ dije, tratando de mantener la voz firme, aunque sentía cómo me temblaban las piernas. ━Dewhar ha sufrido suficiente por vuestra causa. No permitiré que destruyaís todo lo que conocemos y amamos.

Oryn me miró con frialdad, sus ojos reflejaban una mezcla de desprecio y determinación. Era como si la persona que una vez podría haberme mostrado afecto estuviera completamente enterrada bajo capas de avaricia.

━¿Crees que tienes elección, hijo mío?━ Su voz era suave pero llena de una amenaza latente. ━He esperado mucho tiempo para esto. No permitiré que me detengas.

De repente, Oryn levantó una mano y Althea, que estaba de pie a mi lado, comenzó a gritar. La vi transformarse lentamente, su piel tomando un brillo metálico. Intenté moverme, pero algo me mantenía inmóvil, como si estuviera atrapado en un hechizo. El grito de Althea se fue apagando mientras se convertía completamente en oro sólido, una estatua de pura desesperación.

━¡No!━ grité, sintiendo una desesperación abrumadora. Corrí hacia la figura dorada de Althea, tocando su fría superficie. Mis manos temblaban mientras acariciaba su rostro inmóvil.

━Libérala, por favor━ supliqué, volviéndome hacia mi padre con lágrimas en los ojos. ━Haré lo que quieras, pero no le hagas daño.

Oryn sonrió, una sonrisa llena de triunfo.

━Devuélveme el Vínculo Áureo, Eiran. Sólo entonces la devolveré a su forma original.

Los demás se acercaron, sus rostros reflejando una mezcla de preocupación y horror. Nyx fue la primera en hablar, su voz cargada de urgencia.

━Eiran, no puedes hacerlo. Si les das el Vínculo Áureo, desatarán el caos en Dewhar. No podemos permitirlo.

━No hay otra opción━ respondí, sintiendo el peso de la decisión aplastándome. ━No puedo perder a alguien más.

Reed, siempre el más lógico, trató de razonar conmigo.

━Encontraremos otra forma. No podemos ceder ante ellos. Esto no es lo que Althea querría.

Pero mi mente ya estaba decidida. No podía soportar la idea de perder a Althea. Con manos temblorosas, saqué el Vínculo Áureo de mi bolsillo y se lo extendí a Oryn.

━Aquí está━ dije con voz quebrada. ━Libérala.

Oryn tomó el Vínculo con una sonrisa de satisfacción. Sentí una punzada de traición y desesperación mientras lo hacía, pero no veía otra salida.

Con el Vínculo Áureo en sus manos, Oryn levantó la cabeza y una ola de poder emanó de él, liberando a los demás Pecados. Sentí el aire cargarse de energía oscura mientras los Pecados recuperaban sus fuerzas.

Althea comenzó a moverse, su dorada prisión desvaneciéndose lentamente. Corrí hacia ella y la atrapé en mis brazos, sintiendo su calidez regresar. Pero el alivio fue fugaz, ya que el verdadero terror estaba a punto de comenzar.

Oryn se volvió hacia mí, su sonrisa ahora llena de una cruel satisfacción.

━Ahora, hijo mío, observa cómo el mundo arde.

Y en ese momento, supe que había cometido un terrible error.