Pereza
Hideyoshi.
El pantano se extendía ante nosotros, una vasta extensión de humedad y neblina que parecía engullir todo a su paso. La oscuridad se cernía sobre nosotros, y cada paso se sentía pesado, como si el terreno mismo intentara detenernos. Nos movíamos lentamente, cautelosos de los hemófagos que acechaban en la penumbra.
Caminaba junto a Daiki, nuestras manos rozándose de vez en cuando, buscando consuelo en el contacto. A pesar del frío y la humedad, sentía el calor de su presencia cerca de mí, una sensación reconfortante en medio del ambiente hostil.
━¿Estás bien? ━pregunté en voz baja, inclinándome hacia él.
Daiki asintió, aunque su rostro mostraba signos de cansancio. ━Sí, solo un poco agotado. Este lugar... es inquietante.
No pude evitar sonreír un poco.
━Eso es decir poco. Pero estamos juntos en esto. Saldremos adelante.
Seguimos avanzando, cada paso acompañado por el chapoteo del agua y el crujido de la vegetación bajo nuestros pies. El silencio del pantano era interrumpido ocasionalmente por los aullidos lejanos de los hemófagos, lo que nos mantenía en constante alerta.
De repente, un movimiento rápido en el agua atrajo mi atención. Me detuve en seco, instintivamente tirando de Daiki hacia mí.
━Cuidado.━susurré, señalando hacia donde había visto el movimiento.
Un hemófago emergió del agua, sus ojos brillando con una malevolencia animal. Sin pensarlo, saqué mi arma y me preparé para defendernos. Pero antes de que pudiera reaccionar, Nyx apareció de la nada, transformándose en una mezcla de Drystan y Eiran, utilizando sus habilidades para enfrentarse a la bestia.
La batalla fue rápida y brutal. Nyx derrotó al hemófago con una eficiencia impresionante, su fuerza y agilidad recordándonos el peligro constante en el que nos encontrábamos. Cuando la criatura cayó, Nyx volvió a su forma original, respirando con dificultad.
━¿Están bien? ━preguntó, su mirada recorriendo a cada uno de nosotros.
Asentí, aún impresionado por lo que acababa de presenciar.
━Gracias, Nyx. Nos salvaste.
Ella sonrió, aunque parecía agotada. ━Solo haciendo mi parte.
Continuamos avanzando, y mientras lo hacíamos, mis pensamientos volvían a Daiki. A medida que el terreno se hacía más difícil, nuestras conversaciones se volvieron más íntimas, compartiendo historias de nuestras vidas antes de este viaje. Daiki habló de su infancia, de sus sueños y miedos, y yo hice lo mismo, abriéndome de una manera que nunca antes había hecho con nadie.
La conexión entre nosotros se profundizó con cada palabra, y en un momento de vulnerabilidad, tomé su mano y la apreté con fuerza.
━No importa lo que pase, siempre estaré a tu lado.━le dije, mi voz firme y sincera.
Daiki me miró, sus ojos llenos de gratitud y algo más profundo.
━Y yo estaré a tu lado, Hideyoshi. Pase lo que pase.
El momento fue interrumpido por los sonidos del grupo avanzando, pero la promesa entre nosotros quedó clara. No estábamos solos en este viaje, y eso nos daba fuerza.
Finalmente, después de horas de caminar, el paisaje comenzó a cambiar. Las sombras se alargaban y el aire se volvía más denso. Estábamos cada vez más cerca del corazón de Doomholt, y el ambiente reflejaba la sombría realidad de nuestra misión. Los aullidos de los hemófagos se hicieron más fuertes, un recordatorio constante del peligro que nos rodeaba.
Nos detuvimos para descansar y recuperar fuerzas. Mientras los demás se ocupaban de sus tareas, Daiki y yo encontramos un momento de paz en medio del caos. Nos sentamos juntos, observando el paisaje desolado, y en ese silencio compartido, sentí que nada podía separarnos.
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El Resurgir del Pecado
FantasiSiete desconocidos, siete almas que comparten un mismo destino. Siete historias unidas por un bien mayor. ¿Sabrán distinguir el bien del mal? ¿Podrán descifrar quién es el verdadero enemigo? Esta es la historia de los hijos del pecado, siete jóvenes...