—No lo entiendo —volvió a decir Alan, como si las primeras diez veces no nos hubiéramos enterado—. Yo valgo para esto. Sé que mi lugar está en un escenario. Vosotros os sentiréis igual, ¿verdad?
Martín y Flavio dieron un sorbo a sus bebidas para evitar contestar. Para sorpresa de todos, incluso mía, asentí.
—No sé si en un escenario, pero... sí. Creía que pasaría a la siguiente fase.
Alan asintió con una gran sonrisa y se inclinó para chocar las palmas.
—Sincero, me gusta. Ya me caes bien. ¿Tocas algún instrumento?
—El piano y la guitarra.
—¡Genial! Ya son dos más de los que toco yo. —Se rio de su propio chiste—. Deberíamos colaborar para mi primer single.
Eso me pilló desprevenido. Esta vez fui yo quien aprovechó la cerveza para dar un trago y no responder. ¿Qué clase de persona propone una colaboración a un completo desconocido, sin saber si tiene talento o no? Alguien muy desesperado, eso está claro.
—¿Primer single? Has escalado de sincero a iluso en menos de un minuto —comentó Flavio entre risas y con la mirada fija en su vaso. Era el único que no había pedido cerveza, sino zumo.
—Oye, guapo de cara, no te pases conmigo. ¿Tú que sabes si mi padre es el jefe de una multinacional y me tiene un contrato preparado para una futura carrera musical?
—¿Te comerías una cola de ocho horas si fuera así? —dijo Martín en apenas un susurro.
Flavio asintió para darle la razón.
—Tú sí que me caes bien. —Chocaron las palmas imitándonos a Alan y a mí—. Pareces más joven, pero no tienes tantas tonterías en la cabeza como estos dos. ¿Cuántos años tienes?
—Dieciocho recién cumplidos.
Los tres fijamos la mirada en su cerveza de manera automática.
—Oye, que no es la primera que bebo, eh —aseguró con las mejillas rojas.
—Mira el pequeño, lo bien que se lo tiene montado —bromeó Alan.
—No creo que sea mucho más pequeño que vosotros. ¿Cuántos años tenéis?
—Diecinueve —dijimos Alan y yo a la vez.
—Genial, estoy rodeado de niños de preescolar —se quejó Flavio a la vez que se dejaba caer en la silla y suspiraba—. Yo tengo veintiuno.
—Buah, tío, qué mayor —exageró Alan—. De aquí a un año te vemos con el andador.
Sonreí con la imagen mental, lo que no le gustó a Flavio.
—¿De qué te ríes? Tú pareces más viejo que yo.
Recibí el comentario como un balde de agua fría. Ya me lo habían dicho antes y, aunque no había desarrollado un complejo, no me gustaba que hablaran de mí de esa manera.
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FAMA
General FictionLas audiciones para el reconocido programa musical «Haciendo a un artista» han comenzado y Ander va a por todas. Puede que no sepa cantar, pero la composición y los instrumentos son su fuerte. Peores artistas han concursado e incluso ganado, ¿verdad...