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Los bolos se volvieron algo recurrente

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Los bolos se volvieron algo recurrente. Me vi obligado a pedir a Flor que me cambiara el turno varias veces, puesto que coincidía con las actuaciones de la banda. Por suerte, era súper amable y aceptaba siempre. La invitaba a una copa de vez en cuando para agradecérselo y echaba horas extra cada semana para que mi jefe no se quejara.

Era, simplemente, un sueño. Tocábamos casi todos los fines de semana. Primero en Carretera y Manta, luego en el Picoteo y después nos empezaron a llamar de otros locales. Sí, nos llamaban ellos a nosotros. ¿Cómo ocurrió? No lo sé. Supongo que cosa del boca a oreja y el trabajo de Claudia en nuestras redes.

Porque sí, nos había creado una cuenta en cada red social que existía. Subía fotos de los bolos, nos hacía vídeos en los que hablábamos de nuestros temas e informaba de cada actuación que teníamos. No es que tuviéramos muchos seguidores, pero por algún sitio había que empezar, ¿no?

Entre los bolos, los ensayos y el trabajo, no me quedaba mucho tiempo que dedicar a mí mismo, pero no me importaba. Estaba en Madrid para disfrutar de un cambio de aires y era justo lo que me había encontrado. Veía poco a mis tíos, solo en los desayunos y de vez en cuando en los almuerzos. Las cenas siempre las hacía en casa de Flavio o comía fuera. Mi vida había cambiado, pero me gustaba el cambio. Lo necesitaba después de sentir que había fracasado, primero en la carrera de periodismo y después en el casting de Haciendo a un artista.

Me estaba acostumbrando a aquel ritmo tan vertiginoso, pero... todo dio un giro cuando pasó lo del hilo de Twitter. Recuerdo perfectamente que era una de las tardes inusuales que tenía libre y había aprovechado para pasar tiempo con mis tíos. A pesar de que mi estancia no sería definitiva, llevaban mucho tiempo queriendo pintar las paredes del cuarto de invitados, así que me puse manos a la obra y ellos me ayudaron. Era lo mínimo que podía hacer.

Me encontraba pintando el techo con el rodillo cuando mi móvil vibró. Le pedí a mi tía que lo revisara porque tenía las manos llenas de pintura, e internamente recé porque Alan no hubiera mandado nada de mal gusto o obsceno por el grupo. Sí, era de esos.

—Es Flavio. Está en tu banda, ¿verdad?

Me giré para asentir, pero con una sensación extraña en el cuerpo. ¿Flavio mandando un mensaje? ¿Por iniciativa propia? Algo malo debía haber pasado.

—¿Qué quiere?

—Dice que... —Frunció el ceño al leer el mensaje y a mí me dio un vuelco al corazón—. No sé qué de Twitter, dice que te estás haciendo viral.

Me fallaron las manos y el rodillo cayó al suelo, con tan mala suerte que nos salpicó a ambos.

—¡¿Qué?!

Le arrebaté el teléfono y vi el mensaje. Aquello no tenía sentido.

Flavio: Ander. Te estás haciendo viral en Twitter.

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⏰ Última actualización: Oct 17 ⏰

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