Zayn.
Aunque Liam insistió en que no hacía falta, lo acompañé a llevar a Caleb de regreso a casa de sus padres. Tenía tres largas horas de viaje de ida y otras tres de vuelta; no quería que pasara todo el camino hasta el campus solo. Además, podría conducir si él se cansaba; no nos habíamos acostado precisamente temprano.
Liam no dudó en interrogar a su hermano sobre Grayson. Caleb aseguró que la noche anterior no le había parecido que estuviera tan borracho, aunque sí que había bebido, pero precisamente por eso él le había preguntado si estaba bien con aquello antes de que las cosas se pusieran intensas entre los dos.
—¿Y por qué demonios no me dijiste quién era cuando te lo pregunté?—exigió saber Liam, desde detrás del volante.
Caleb resopló.
—Porque sabía que te pondrías como un loco. Es uno de tus amigos y tu compañero de piso, y tiendes a ser un poco sobreprotector. —Se encogió de hombros. Sinceramente, no parecía muy arrepentido, aunque sí preocupado ahora que sabía que Gray no recordaba nada—. Además, creí que él tampoco te lo contaría.
—Ah, claro, eso es genial. Realmente genial. Así que simplemente esperabas que no me enterase.
—Escuchad —intervine, y me giré para mirar a Caleb, que ocupaba el asiento trasero—, hay una posibilidad de que Grayson lo recuerde todo, pero no quiera recordarlo... No sería la primera vez que un tío hace algo así borracho y luego se asusta. Y os aseguro que sé de lo que hablo, por desgracia.
Liam me lanzó una mirada rápida.
—Escúpelo. ¿Qué pasó?
—En segundo año, en una fiesta. Fue un compañero de clase. Todos estábamos bastante borrachos después de un partido, y lo más gracioso fue que el tipo tomó la iniciativa. Se me lanzó encima y le pregunté varias veces si quería parar, y también me aseguré de que no llegásemos demasiado lejos. Pero al día siguiente no debí de gustarle tanto. Yo sí que se lo recordé. Fue bastante desagradable, pero básicamente dijo que me había aprovechado de él...
Liam masculló una palabrota y volvió a mirarme. Esta vez se demoró unos segundos más y supe en lo que estaba pensando.
—Por eso aquella primera vez entre nosotros... retrocediste.
Asentí. En aquél baño, había tenido claro que tenía que parar porque no quería repetir la historia. Aunque me había costado toda mi fuerza de voluntad con Liam. Parecía tan entregado, tan consciente de lo que sucedía, que apartar mis manos de él y negarme algo que deseaba con todas mis fuerzas no fue precisamente fácil.
Claro que, después, en su habitación, habíamos acabado cediendo, lo cual hablaba con bastante claridad del escaso control que tenía con Liam.
—Así que tal vez Grayson solo está asustado y confuso —concluí. No creía que fuera tan idiota como el tipo con el que yo había estado, pero nunca se sabía.
—¿Hablaste con él? —siguió preguntándole Liam a su hermano.
—No pude. Es decir, lo tanteé con disimulo, pero no fui capaz de contarle que era yo. Sé que está mal, ¿vale? Pero, si no lo recuerda y es heterosexual, se volverá loco por algo que no se va a repetir.
Liam suspiró. Era evidente que no estaba de acuerdo con la decisión de su hermano. Yo tampoco creía que fuera lo mejor, pero entendía a Caleb. Si había creído que Grayson sabía lo que hacía, debían de estar comiéndoselo los remordimientos, y no era tampoco plato de buen gusto para él. Y no digamos ya si se daba el caso de que Gray simplemente se lo estuviera negando todo a sí mismo. Sinceramente, tampoco me creía que Grayson fuera tan heterosexual como decía ser por muy borracho que fuera, pero me callé ese detalle.